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Trump politiza la muerte de los niños migrantes

TULSA, OK — Felipe Gómez Alonzo, 8 años, Jakelin Caal Maquin, 7 años.  Ambos niños oriundos de Guatemala murieron mientras estaban bajo la custodia de Estados Unidos, hoy sus muertes le ponen cara a la crisis en la frontera. En tiempos de tormenta el mundo mira  a Estados Unidos en búsqueda de liderazgo, pero en vez de encontrar un presidente que llora la pérdida de vidas e intenta buscar una solución para las trágicas circunstancias que llevaron a sus familias a viajar cientos de kilómetros  en pos de una vida mejor, Donald Trump los usa como peones políticos en un juego contra el congreso demócrata. El presidente se empeña en demostrar que su promesa de construir un muro de  3,145 km en la frontera es necesario para dejar a los invasores afuera, inclusive a esos dos angelitos muertos.  

Trump inicialmente cargó  la muerte de los niños a sus padres, a pesar de que el padre de Maquin alegara que nadie le dio agua a su hija antes de ser tomada cautiva por los agentes de inmigración. Cuando esa estrategia demostró ser contra productiva, Trump cambió de rumbo y ahora culpa a los demócratas por la muerte de Alonzo y de Maquin asegurando insensatamente que las leyes inmigratorias aprobadas por los demócratas son responsables de lo que sucede en centro América, en Guatemala, en Honduras y en el Salvador.  

Desde hace 50 años los Estados Unidos son uno de los principales miembros de la convención de derechos humanos de las Naciones Unidos, cumpliendo con las leyes de refugiados tanto en la ley internacional y en la doméstica, ofrenciendo tratamiento humano y salud para quienes solicitan asilo. Tristemente, el país de la justicia y la ley no está cumpliendo con sus obligaciones y Trump sigue pateándole la pelota a la comunidad internacional. 

Nora Preciado, del  National Immigration Law Center, presentó una demanda contra el gobierno federal por las condiciones deplorables de los centros de detención donde retienen a los refugiados. 

“La muerte de la pequeña Jakelin Amei Rosmery Caal Maquin  de 7 años nos recuerda trágicamente el patrón de crueldad sistémica y secreto en la CBP (Customs and Border Patrol) y su agencia paralela el DHS (Department of Homeland Security) y nos obliga a buscar más transparencia y rendición de cuentas en ambas agencias”. 

Preciado dijo tras la muerte de Maquin: “Tristemente la cultura de crueldad en la CBP se puso peor en la administración Trump. Bajo custodia del DHS docenas de personas tomadas en detención por el CBP fueron mantenidas por horas en un área desconocida antes de ser transportados a una estación de patrulla donde recibieron asistencia médica. Las temperaturas en esos lugares pueden bajar a puntos de congelamiento en estas épocas del año”. 

El congresista demócrata de Texas, Castro, pidió una investigación que arremete contra el CPB y sus instalaciones.  “Las condiciones en las que mantienen a los niños son subhumanas”, dijo Castro y agregó: “Hay un crisis sistémica dentro del CBP”. 

Mientras tanto, Trump sigue mintiéndole al público Americano intentando aferrarse a su base electoral de ultra derecha para luchar contra el congreso controlado por los demócratas. Con cada día que pasa, más funcionarios apuntan a la falta de liderazgo de la casa blanca, y repiten el refrán que escucharon después de que se iniciara la política de separación de familias de Jeff Sessions: “América es mejor que esto”. (La Semana) 

 

Trump politicizes children’s deaths 

Analysis by William R. Wynn 

TULSA, OK — Felipe Gómez Alonzo, eight years old. Jakelin Caal Maquin, seven years old. These two Guatemalan children who died while in U.S. custody have put a face to the ongoing humanitarian crisis at the border. In times of turmoil, the world has historically looked to the United States for leadership, but instead of publicly mourning the loss of these young lives and seeking a lasting solution to the tragic circumstances that led to their arduous journey, President Donald Trump is using them as pawns in a game of political brinksmanship against congressional Democrats as he seeks to make good on his promise of building a 1,954-mile (3,145 km) wall to keep out “invaders” such as the two fallen children. 

Trump initially cast blame on the children’s parents, even though Maquin’s father has vehemently disputed claims that his daughter had been deprived of water before being taken into custody by border patrol agents. When that strategy began to show signs of backfiring, Trump shifted gears and is now blaming Democrats for the deaths of Alonzo and Maquin, falsely stating that immigration laws passed by Democrats are responsible for the flight from danger taking place in central American nations such as Guatemala, Honduras, and El Salvador. 

In fact, the United States has for more than 50 years been a signatory to a United Nations convention on the treatment of refugees and is bound by both international and domestic law to provide medical care and humane treatment for those seeking asylum. Sadly, the country that claims to be a beacon for law and justice is not living up to its obligations, and Trump continues to thumb his nose at the international community. 

Nora Preciado, senior staff attorney at the National Immigration Law Center, is suing the federal government because of “deplorable conditions” at detention centers where refugees are routinely held. 

“The death of 7-year-old Jakelin Amei Rosmery Caal Maquin is a tragic reminder of a longstanding pattern of systemic cruelty and secrecy at CBP (Customs and Border Patrol) and its parent agency, DHS (Department of Homeland Security), and underscores the stark need for greater transparency and accountability at these agencies,” Preciado said after the death of Maquin. “Sadly, the culture of cruelty at CBP has only worsened under the Trump administration. By DHS’s own account, Jakelin and dozens of people apprehended by CBP at the same time were kept for hours in a ‘covered area’ before being transported to a Border Patrol station and before she received medical care. Overnight temperatures in the region can fall to below freezing this time of year.” 

Texas Democratic Congressman Castro is calling for investigations into the CPB and the facilities in which the migrant refugees, especially children, are being held. 

“The conditions there really are subhuman,” Castro said, adding, “There is an overall systemic crisis within CBP.” 

In the meantime, Trump continues to lie to the American public as he struggles to please his anti-immigrant base on the eve of Democrats taking control of the House of Representatives. With each passing day, more officials are shaking their heads at the callous lack of leadership from the White House and repeating a refrain heard when Trump and then-Attorney General Jeff Sessions first began their policy of separating children from their parents: “America is better than this.” (La Semana)