Chau pañales
Por Victoria Lis Marino
Dejar los pañales debería ser algo natural en la maduración de tu hijo, y algo natural para los papás. Es un proceso que lleva tiempo y dedicación y que tiene sus vaivenes, pero una vez que empieza sencillamente fluye sin que nada sea traumático. Para ayudarte con esta etapa y enseñarte que no debe ser un problema, te propongo unos consejos para saber que tu hijo está listo para decirle chau a los pañales y otro para acompañarlo sin frustración ni enojo en esta nueva etapa que se inicia.
¿Cómo saber que tu hijo está casi listo para sacarse el pañal? Préstale atención a las señales:
- Se esconde para hacer caca y te echa, porque sabe y es consciente de que es un acto privado.
- Dice que le molesta o le duele el pañal.
- Se saca el pañal cuando no lo ves.
- Te avisa que quiere hacer pis o que se hizo caca.
Cuando mi hija empezó con todas estas señales a la vez decidí que de día iba a intentar dejarla sin pañal el mayor tiempo posible. Compré bombachas y me valí del verano y la pileta para dejarla en traje de baño la mayor parte del día y ver qué pasaba. Dejarla desnuda fue la primera técnica que encontramos para que ella empezara a tener consciencia de lo que debía hacer y dio resultado, de estar desnuda, a controlar con el traje de baño y de ahí a la bombacha y a la autonomía. La desnudez la ayudó a sacarse el miedo, a ver qué pasaba con el pis y con la caca, a entender qué había que sacar y a no tener problema con mojar la ropa. Además, descubrió cómo se sentía estar sin pañal, sin eso entre las piernas. Una vez que se dio cuenta de su nueva movilidad, no hubo quien la detenga;
el proceso fue evolutivo y tardó un mes y medio en dejar por completo el pañal.
Dejarla con poca ropa fue el primer paso esencial para que ella encontrara el espacio para hacer pis rápido, algo que al principio sucedía en el jardín y atrás de algún arbolito.
Cuando empezamos a ver resultados fuimos
juntas a comprar la pelela, la vio en una vidriera y la eligió ella. Después jugamos a sentarnos un ratito todos los días y llevarla a cuestas a donde fuéramos, a cada rincón de la casa , con estación permanente en el living donde están todos los juguetes. Es más, invitábamos a los juguetes a ir al baño en la pelela para incorporar el hábito. Así y de a poquito Ivana empezó a decir “pis” y a correr a la pelela, al principio no llegaba, pero con el paso de los días, apareció no sólo la detección de la necesidad, sino también su control.
A partir de aquí comenzamos a sacarle el pañal todo el día y a recordarle cada una hora que no se olvidara de hacer pis o caca, porque los niños juegan, y los accidentes pasan. Una vez que ella aprendió el hábito, y viendo que el pañal de la noche salía completamente seco, decidimos sacar el último peldaño de eso que la ataba al mundo bebé. Y así lo logramos, con mucha paciencia, mucho amor, entendimiento, nada de retos, y un secreto: Cuentos, lectura por las noches o las tardes, de libritos asociados a dejar el pañal, que le permitieran a ella sentirse reflejada y tener algo a qué aspirar; en nuestro caso elegimos al popular “Calliou”, que nos ayudó con el proceso.
No te olvides de respetar el tiempo de tu hijo, de ayudarle a crear su camino de confianza, con paciencia y juego. El descubrimiento del control de esfínteres debe ser algo enseñado, mostrado desde el adulto, pero despreocupado, algo que va sucediendo con padres que activamente acompañan pero no exigen, y que acompañan desde el juego.
Una vez que deje el pañal ayuda a tu niño a crear rutinas para que haga sus necesidades con comodidad y sin trastornos, a la mañana hacer pis antes de desayunar, intentar sentarnos en el baño después de una caminata matutina con juegos, y así sucesivamente hasta que pueda adquirir el hábito solito y llegar al inodoro de los grandes, sin que debas preocuparte. (La Semana)
Bye bye diapers
By Victoria Lis Marino
Giving up diapers is a natural step in the life of every toddler and should also be regarded as something completely natural by parents. It is indeed a delicate and dedicated process that takes time and patience, has obviously its ups and downs, but once it starts, in cannot be reversed as it’s for life. In order to help you to deal with this process and perceive it naturally with no traumas, today I’m adding some advice on how to know if your child is ready to quit diapers, and how to help him out during this new phase, with no frustrations, no anger and no “adult’s fears.”
How to know if the child is ready? Pay attention to the following signals:
- The kid hides in order to poo, and wants to be alone on that special time of the day.
- The kid complains diapers are too tight or hurt.
- They get rid of the diaper during the day.
- They tell you their diaper is filthy and needs to be changed.
My daughter started with all these signals roughly before her second birthday and I decided to encourage her in this unconscious decision by allowing her to be most of the day without diapers. I bought panties and profited from the summer weather and the pool to dress her with her swimming suit and see what happened. Undressing her and letting her go completely nude sometimes during the day was the best method we found for her to be more confortable with what she had to do. She realized where the pee and the poop came from and started being aware of her needs, especially when she was inside the pool. From that stage to complete autonomy was easy. Being naked enabled her to enjoy a life of freedom of movement, she discovered what it felt like not to have something hanging in between and it was a completely new world, even if for some it may be a bit shocking. The process was constantly evolving and after two months of practice she completely got rid of diapers.
Again, the first step was to let her enjoy being naked, so that she could move faster to a private place where she could pee or poo on her own, basically our garden, where she was most of the day.
The second step was buying a potty together. She actually saw it in a shop window and chose it on her own. The potty was an extension of our legs, it came with us where we went, with permanent station in the living room, where all the toys are. We even invited the toys to use it, which was wonderful to incorporate the habit. Then we sat on the potty together, with the clothes on just for fun and play with the potty until Ivana was ready to use it. Suddenly my daughter started screaming “pee,” and run to the potty; at first it was always too late, but within days she started mastering control over the need.
The day she achieved her goal we got rid of diapers during the day forever, always remembering her that she needed to pee, because children start playing and then forget, and accidents happen. Finally, when I realized the night diaper was completely dry in the morning, I told her she was ready to sleep without it and we left behind the baby world of diapers for good.
My daughter and I achieved this together, with patience, with love, with understanding, with explanations, lots of talking, zero scolding and a secret: books, books for children that help them learn how to quit diapers, books we read before napping or going to bed at night and that allowed the child to have a reference, a tutor, an imaginary kid doing the same. We choose the popular cartoon “Calliou” to help us on our mission, and it was great.
Always respect the rhythm of your child, show him the path he must follow, with trust, patience, respect and through playtime. We need to teach them how to quit diapers without imposing our adult views on them, and show them without worrying that we, the parents, are here to walk along the way, with no pressure, at their own pace, always having fun while teaching.
Once the child gets rid of diapers, start setting routines to use the bathroom or the potty, like peeing when he gets up, pooping after a nice morning walk, until the child makes the habit something of his own and you forget about this phase. (La Semana)