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Pedro Enamorado: un pastor realista / a realist preacher

Por Guillermo Rojas | Tulsa, OK

Pedro Enamorado nació en Honduras y vive en Estados Unidos hace 34 años. Siempre se dedicó al mundo corporativo y a los negocios, pero hace algunos años, su carrera dio un rumbo radical y se convirtió en pastor en una iglesia en La Florida.

El es un pastor realista, viene a dar a conocer la palabra de dios, adaptada a los tiempos que corren. “Vivimos tiempos en donde pareciera que hay más religiones porque hay demasiados grupos, todos nos creemos dueños de la verdad”, aseguró Enamorado, culpando a la individualización de la distorsión religiosa. “Hay muchas religiones que son sectas que tienden a que la gente siga a un hombre y no lo que esta escrito en la pala­bra de dios”.

Son muchos los desesperados que ante la adversidad buscan cobijo en la espiritualidad, pero a veces hay que saber elegir. “Cuando uno busca una transformación en su vida no tiene que enfocarse en una iglesia ni en el nombre, la cantidad de personas o el pastor, la determinación está en el cambio propio y la confirmación del lugar es la de dios. Dios nos da la convicción y la certeza de que estamos donde debemos estar para no ser engañados”, aseguró el pastor, a quien le pasó algo similar.

Tras haber estudiado administración de empresas, teología y otras carreras, siempre se sintió incompleto, y decidió incursionar en un mundo distinto, casi por inspiración divina. “Me di cuenta que el titulo no me daba lo que estaba buscando”, dijo Lombardo y agregó: “Fue algo sobre natural, una experiencia muy personal. Cuando el era joven rehusaba ir a iglesias evangélicas. No me caían bien, los insultaba. No creía que dios me iba a confrontar y me iba a hacer entender que sin dios no iba a ir a ningún lugar”. A su criterio, el reino de dios hizo justicia. “Estuve preso en mis propias frustraciones, debilidades y fracasos”, dijo sobre su pasado, del que ahora, se siente liberado.

A lo largo de su vida, Lombardo sentía que hacía todo lo necesario, pero nunca veía el triunfo que anhelaba y se frustraba, “llegue a entender que lo que yo hacia era una preparación para lo que dios tenia preparado para mi vida”, aseguró. Hoy, tras haber encontrado a Dios, su misión es hablarle a la gente que está perdida en el mundo, que cree que porque lo tiene todo, la vida está satisfecha. “Me interesa dar la gracia que me ha venido de dios”, dice con desinterés.

Como pastor del siglo XXI Enamorado fomenta la inclusión y la tolerancia. “La palabra no condena a nadie, ni al que anda con tatuajes o sin tatuajes”, dice metafóricamente.

“ sólo el amor de dios puede cambiar a la humanidad, nadie más”, agrega sobre las barreras impuestas por los hombres.

Para este pastor la vida es acción, y por eso en sus sermones busca que la palabra se adapte a los tiempos que corren y terminar siempre con la esperanza. “La palabra debe ser lo que nos hace levantarnos a pesar de todo lo que sucede alrededor, porque la realidad de Dios es mayor a lo que estamos viviendo”.

A todos quienes están allí afuera buscando cobijo en tiempos de tormenta, Enamorado les recuerda: “Dios siempre nos encuentra, y a pesar de que no lo crean, la justicia divina existe, sólo que a veces nos pasa desapercibida”.

Pastor Pedro Enamorado junto a su esposa

ENGLISH

Pedro Enamorado was born in Honduras and moved to the USA 34 years ago. He was always a man of business, one that handled involved corporate operations, until, one day he changed his path and became a preacher in Florida.

Today he is a man of God, and wants to spread the word for the needs of the 21st century.

“We live difficult times, times in which it seems there are more religions out there, because there are just too many groups, because we all believe we are the true owners of the truth,” he said, blaming the individualization for the distortion of religion. “There are religions that are sects, cults that follow people and not the gospel.”

Many souls in desperation seek solace in spirituality, but sometimes even religions need to be carefully chosen.

“In the path for transformation life shouldn’t be focused on a church, on a name, on a preacher or on the amount of people that go to service,” Enamorado said. “God gives us the confidence and the certainty that we are where we are supposed to so that we are not deceived.”

After years of non-stop studying and earning degrees in business administration and theology, Enamorado still felt incomplete until he heard the divine call.

“I realized my degrees were not providing me what I sought,” said the preacher. “It was something supernatural, a very personal experience. When I was young I refused to participate in evangelical services — I despised them, even cursed them. I didn’t think there was a God out there to confront me, to tell me that life without Him was impossible.”

“I was a prisoner of my own frustrations, weaknesses, and failures,” Enamorado said of his past, the time when he felt he diligently addressed every task but was never fully satisfied. “I came to understand that what happened to me was a path I had to walk to get where got intended me to go.”

Today, his mission is to spread the gospel to those that have a lot of things, but still are lost and dissatisfied.

“I want to give back the divine grace that God has endowed me with,” he said with enlightenment.

As a preacher in the 21st century, Enamorado fosters inclusion and tolerance.

“The word of God does not condemn, it does not discriminate the one that wears tattoos from the one that does not,” he said as a metaphor for diversity. “Only the love of God can truly change the world, nothing else.”
For Enamorado life is an action film with a happy ending, and that is why he wants his services to spread the word of hope.

“The gospel should be what makes us wake up, even when we feel like not doing it, because God’s reality is larger than life.”

To all those out there looking for shelter in stormy weather Enamorado advises:

“God always finds us even if you don’t believe it, divine justice exists, you just need to pay attention.” (La Semana)