Fathers-to-be should avoid alcohol six months before conception
el estudio que sugiere que el futuro padre debe dejar de tomar alcohol hasta 6 meses antes de la concepción
Sabemos que el exceso de alcohol es perjudicial para la salud. Y que las futuras madres deben dejar de beber alcohol antes de quedar embarazadas.
Pero un nuevo estudio sugiere que los hombres también tendrían que volverse abstemios aproximadamente unos 6 meses antes de la concepción para preservar la salud del bebé.
¿Cómo puede el consumo de alcohol de los padres perjudicar al futuro hijo?
Cardiopatía congénita
De acuerdo a una reciente investigación, en comparación con los no bebedores, los hombres que tomaron alcohol durante los tres meses anteriores a la concepción tienen un 44% más de probabilidades de tener bebés con cardiopatía congénita.
Mientras que para las futuras madres que consumieron alcohol en ese período los riesgos son del 16%, expone el estudio “El consumo parental de alcohol y el riesgo de cardiopatías congénitas en la descendencia: una revisión sistemática actualizada y un metanálisis”, de la Universidad Central del Sur, en Changshá, China.
La cardiopatía congénita se refiere a problemas en la estructura y el funcionamiento del corazón por un desarrollo anormal del órgano antes del nacimiento.
Las cardiopatías congénitas son los defectos de nacimiento más comunes, con aproximadamente 1,35 millones de bebés afectados cada año, según un estudio global realizado por varias universidades entre 1970 y 2017.
Estas condiciones pueden aumentar la probabilidad de padecer una enfermedad cardiovascular en el futuro, incluso después de un tratamiento quirúrgico, y son la principal causa de muerte perinatal; es decir, la etapa inmediatamente anterior o posterior al nacimiento.
Beber alcohol también se ha relacionado con los trastornos del espectro alcohólico fetal (TEAF) que son un grupo de afecciones que pueden presentarse en una persona cuya madre tomó bebidas alcohólicas durante el embarazo.
Estos efectos pueden incluir dificultades físicas y problemas del comportamiento y del aprendizaje. Comúnmente, una persona con un TEAF tiene una combinación de estos problemas, describe el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.
Alcohol en exceso
El estudio, que fue publicado en el European Journal of Preventive Cardiology (“Revista Europea de Cardiología Preventiva”) también reveló que el consumo excesivo de alcohol del hombre (es decir, tomar cinco o más tragos en un día) antes de la concepción incrementa la probabilidad de estos defectos de nacimiento en un 52%, en comparación con el 16% para mujeres.
“El consumo excesivo de alcohol por parte de los futuros padres es un comportamiento peligroso y de alto riesgo que no solo puede aumentar la posibilidad de que el bebé nazca con un defecto cardíaco, sino que también daña la propia salud”, dice Jiabi Qin de la Universidad Central del Sur, en Changshá, uno de los autores del estudio.
Jiabi agrega que, según los resultados del informe, cuando las parejas planean tener un bebé, los hombres no deben consumir alcohol durante al menos seis meses antes de la fertilización, mientras que las mujeres deben dejar de tomar un año antes y evitarlo durante el embarazo.
El servicio público de salud de Reino Unido aconseja a las mujeres que tengan en sus planes quedar embarazadas que no beban alcohol para mantener los riesgos para su bebé al mínimo.
Y sugiere que los hombres que intentan tener un bebé no beban más de 14 unidades de alcohol por semana (una unidad generalmente son 10 mililitros de etanol), que se debe distribuir de manera uniforme durante tres días o más para proteger la calidad de su esperma.
“Abandonar el alcohol”
Estudios anteriores que investigaron el vínculo entre el alcohol y la enfermedad cardíaca congénita se centraron en el rol de la mujer como futuras madres, y los resultados fueron no concluyentes.
Este es el primer estudio que analiza investigaciones anteriores sobre el papel del consumo de alcohol en el padre, expone el comunicado que acompaña la investigación.
Los autores recolectaron datos publicados entre 1991 y 2019, que totalizan 55 estudios y que incluyen información de más de 41.000 bebés con cardiopatía congénita y casi 300.000 sin ellas.
“Observamos un riesgo gradualmente creciente de enfermedades cardíacas congénitas a medida que aumentaba el consumo de alcohol de los padres. La relación no fue estadísticamente significativa en cantidades más bajas”, añadió Jiabi.
Los investigadores dijeron que el estudio observacional no prueba un efecto causal, ni prueba que el consumo de alcohol por parte del padre sea más dañino para el corazón fetal que el de la madre.
Y también agregaron que los datos no pueden usarse para definir un límite del consumo de alcohol que puede considerarse seguro.
“Aunque nuestro análisis tiene limitaciones, sí indica que los hombres y las mujeres que planean una familia deberían abandonar el alcohol”, señala Jiabi.
Sin embargo, el profesor Allan Pacey, experto en fertilidad masculina de la universidad británica de Sheffield, piensa que “no hay ninguna evidencia de que deban abandonar el alcohol por completo”.
“Beber dentro de las pautas recomendadas sería una buena idea hasta que sepamos más”, le dijo Pacey al diario británico The Times.
Por su parte, la profesora Sheena Lewis, especialista en fertilidad masculina de la Queen’s University de Belfast y presidenta de la Sociedad Británica de Andrología, le dijo al mismo medio que los resultados de la investigación son “vagos” ya que no logró establecer un vínculo entre el consumo bajo de alcohol en los hombres y la enfermedad cardíaca congénita en sus bebés.
Y aconsejó: “Beber en exceso nunca es una buena idea, para su salud, para su esperma o para su descendencia”.
ENGLISH
Parental alcohol consumption linked to raised risk of congenital heart disease
Apiring parents should both avoid drinking alcohol prior to conception to protect against congenital heart defects, according to research published today in the European Journal of Preventive Cardiology, a journal of the European Society of Cardiology (ESC).
Drinking alcohol three months before pregnancy or during the first trimester was associated with a 44% raised risk of congenital heart disease for fathers and 16% for mothers, compared to not drinking. Binge drinking, defined as five or more drinks per sitting, was related to a 52% higher likelihood of these birth defects for men and 16% for women.
‘Binge drinking by would-be parents is a high risk and dangerous behaviour that not only may increase the chance of their baby being born with a heart defect, but also greatly damages their own health,’ said study author Dr Jiabi Qin, of Xiangya School of Public Health, Central South University, Changsha, China.
Dr Qin said the results suggest that when couples are trying for a baby, men should not consume alcohol for at least six months before fertilisation while women should stop alcohol one year before and avoid it while pregnant.
Congenital heart diseases are the most common birth defects, with approximately 1.35 million babies affected every year. These conditions can increase the likelihood of cardiovascular disease later life, even after surgical treatment, and are the main cause of perinatal death. Alcohol is a known teratogen and has been connected with fetal alcohol spectrum disorder (FASD). Around one in four children with FASD have congenital heart disease, indicating that alcohol might also be implicated in these disorders.
Previous studies investigating the link between alcohol and congenital heart disease have focused on prospective mothers, with inconclusive results. This is the first meta-analysis to examine the role of paternal alcohol drinking.
The researchers compiled the best data published between 1991 and 2019, which amounted to 55 studies including 41,747 babies with congenital heart disease and 297,587 without. The analysis showed a nonlinear dose-response relationship between parental alcohol drinking and congenital heart diseases.
Dr Qin said: ‘We observed a gradually rising risk of congenital heart diseases as parental alcohol consumption increased. The relationship was not statistically significant at the lower quantities.’
Regarding specific defects, the study found that compared to abstinence, maternal drinking was correlated to a 20% greater risk of tetralogy of Fallot, a combination of four abnormalities in the heart’s structure.
The authors noted that this was an observational study and does not prove a causal effect, nor does it prove that paternal drinking is more harmful to the fetal heart than maternal drinking. The data cannot be used to define a cut-off of alcohol consumption that might be considered safe.
Dr Qin said: ‘The underlying mechanisms connecting parental alcohol and congenital heart diseases are uncertain and warrant further research. Although our analysis has limitations — for example the type of alcohol was not recorded — it does indicate that men and women planning a family should give up alcohol.’
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