El alimento “hecho de aire” que quiere competir con la soya / Food ‘made from air’ could compete with soya
Científicos finlandeses están produciendo una proteína hecha de “un aire fino” que se espera que dentro de una década compita en precios con la soya.
Estos científicos, para obtenerla, utilizan bacterias del suelo y las alimentan con hidrógeno separado del agua a través de un procedimiento eléctrico.
Los investigadores aseguran que si dicha electricidad proviene de energía solar o eólica, este alimento puede ser cultivado con prácticamente cero emisiones de gases con efecto invernadero.
Y si sus sueños se cumplen, podría ayudar al mundo a afrontar muchos de los problemas vinculados con la producción de alimentos.
Cuando visité el laboratorio Solar Foods el año pasado en las afueras de Helsinki, capital de Finlandia, estos investigadores estaban reuniendo fondos para expandir su proyecto.
Ahora afirman que han atraído 5,5 millones de euros (poco más de seis millones de dólares) de inversión y predicen que, dependiendo del precio de la electricidad, el coste de este alimento será similar al de la soya hacia el final de la década o incluso antes, en 2025.
¿Sin sabor?
Cuando probé algunos granos de esta preciada harina proteínica llamada Solein, no sabían a nada. Y eso es precisamente lo que estaban planeando los científicos.
Los investigadores pretenden que se convierta en un aditivo natural para todo tipo de comidas.
Dicen que puede imitar, por ejemplo, la funciones del aceite de palma, ayudando a cuajar helados, galletas, pasta, fideos, salsas o pan. Sus creadores también dicen que puede usarse como un medio para hacer crecer carne y pescados cultivados.
Además, permitiría alimentar al ganado y así evitar que estos coman soya cultivada en tierras tropicales.
Aunque las cosas evolucionen de acuerdo al plan, no será antes de varios años que la producción de esta proteína escale hasta convertirse en una demanda global.
Este proyecto es uno de tantos que miran hacia el futuro de los alimentos sintéticos y está dirigido por Pasi Vainikka, profesor adjunto en la Universidad Politécnica de Lappeenranta en Finlandia.
Ideas para el espacio
Vainikka me reveló que las ideas de esta tecnología se desarrollaron originalmente para la industria espacial en la década de 1960.
Reconoce, por otra parte, que la central demostradora lleva algunos meses de retraso pero que estará lista en 2022. Se estima que la inversión completa y definitiva se produzca en 2023 y si todo sale de acuerdo al plan, la primera fábrica productora aparecerá en 2025.
“Hasta el momento vamos bastante bien. Una vez tengamos la primera fábrica con los reactores para fermentar la proteína, teniendo en cuenta las increíbles mejoras en la obtención de energías limpias como la solar y la eólica, creemos que podemos competir con la soya a partir de 2025”, dice Vainikka.
Para crear Solein, se genera hidrógeno a partir de la “división” de agua a través de un proceso llamado electrólisis. El hidrógeno, el dióxido de carbono del aire y los minerales se usan para alimentar la bacteria y luego producir la proteína.
Un factor determinante, de acuerdo a Vainikka, sería el precio de la electricidad, pero la compañía anticipa que mientras más energías renovables estén disponibles, su costo disminuirá.
El progreso de esta extraordinaria tecnología ha sido aclamado por el activista británico George Monbiot, quien realizó un documental de televisión llamado Apocalypse Cow (Vacas apocalípticas).
¿Esperanza para el futuro?
Monbiot, en líneas generales, es pesimista sobre el futuro del planeta, pero afirma que Solar Foods le ha dado esperanzas.
“La producción de alimentos está destrozando el mundo. La agricultura y la pesca son, de largo, la mayor causa de extinción y pérdida de la diversidad y abundancia de la vida salvaje. Sin embargo, cuando la esperanza parecía evaporarse, este tipo de alimentos crea posibilidades sorprendentes de salvar al planeta y las personas”, mencionó Monbiot.
Una investigación del think tank tecnológico y financiero RethinkX indica que las proteínas obtenidas de una fermentación precisa será 10 veces más barata que la proteína animal en 2035.
Por otra parte, también predice que esto supondrá el colapso de la industria ganadora, aunque los críticos argumentarán de que este tipo de proteínas también podría usarse por los productores de carne para alimentar su propio ganado.
Un consorcio de de investigaciones científicas e instituciones académicas se ha creado para identificar soluciones innovadoras para abordar el cambio climático vinculado a la agricultura.
Un trabajo del año pasado concluyó que esta proteína microbiótica era bastante más eficiente que la soya en cuanto a uso de la tierra y requiere una décima parte de esa agua.
Aunque también influirán factores culturales. Muchas personas seguirán prefiriendo comerse unas chuletas de cordero… que lucen como chuletas de cordero.
El profesor Leon Terry, de la Universidad de Cranfield, dijo que el interés de los inversores en los nuevos alimentos estaba creciendo.
Food ‘made from air’ could compete with soya
Finnish scientists producing a protein “from thin air” say it will compete with soya on price within the decade.
The protein is produced from soil bacteria fed on hydrogen split from water by electricity.
The researchers say if the electricity comes from solar and wind power, the food can be grown with near-zero greenhouse gas emissions.
If their dreams are realised, it could help the world tackle many of the problems associated with farming.
When I visited Solar Foods’ pilot plant on the outskirts of Helsinki last year the researchers were raising funds for expansion.
Now they say they have attracted 5.5m euros of investment, and they predict – depending on the price of electricity – that their costs will roughly match those for soya production by the end of the decade – perhaps even by 2025.
Lacking in taste?
I ate a few grains of the precious protein flour – called Solein – and tasted nothing, which is what the scientists have planned.
They want it to be a neutral additive to all sorts of foods.
It could mimic palm oil by reinforcing pies, ice cream, biscuits, pasta, noodles, sauces or bread. The inventors say it can be used as a medium for growing cultured meat or fish.
It could also nourish cattle to save them eating soya raised on rainforest land.
Even if things go according to plan – which, of course, they may not – it will be many years before the protein production is scaled up to meet global demand.
But this is one of many projects looking towards a future of synthesised food.
The firm’s CEO is Pasi Vainikka, who studied at Cranfield University in the UK and is now adjunct professor at Lappeenranta University.
Space age ideas
He told me the ideas behind the technology were originally developed for the space industry in the 1960s.
He admits his demonstrator plant is running some months behind time but says it will be ready by 2022. A full investment decision will come in 2023, and if all goes according to plan, the first factory will appear in 2025.
He said: “We are doing pretty well so far. Once we scale the factory from the first one by adding reactors (to ferment protein) and take into account the amazing improvements in other clean technologies like wind and solar power, we think we can compete with soya possibly as early as 2025.”
To make Solein, water is “split”, using electrolysis to make hydrogen. The hydrogen, carbon dioxide from the air and minerals are fed to bacteria, which then produce the protein.
A key determinant, he said, would be the price of electricity. The firm anticipates that as more renewables come on-stream, the cost will fall.
The progress of this extraordinary technology has been hailed by the environmental campaigner George Monbiot, who has made a TV documentary, Apocalypse Cow, broadcast on Channel 4 in the UK at 22:00 GMT on Wednesday.
Hope for the future?
Monbiot is generally pessimistic about the future of the planet, but says Solar Foods has given him hope.
He said: “Food production is ripping the living world apart. Fishing and farming are, by a long way, the greatest cause of extinction and loss of the diversity and abundance of wildlife. Farming is a major cause of climate breakdown.
“But just as hope appeared to be evaporating, ‘farmfree food’ creates astonishing possibilities to save both people and planet.
“By temporarily shifting towards a plant-based diet, we can help buy the time to save species and places.
“But farmfree food offers hope where hope was missing. We will soon be able to feed the world without devouring it.”
Research by the think tank RethinkX, which forecasts the implications of technology-driven disruption of many kinds, suggests that proteins from precision fermentation will be around 10 times cheaper than animal protein by 2035.
It forecasts the result will be the near-complete collapse of the livestock industry – although critics will complain that this doesn’t take into account the ability of meat producers to harness the novel proteins to feed their own stock.
A consortium of leading scientific research and academic institutions has been formed to identify innovative solutions to tackle climate change linked to the agri-food sector.
A paper last year concluded that microbial protein was several times more efficient than soya in terms of land use, and required just a tenth as much water.
Another factor, though, will be cultural. Many people will still want to eat lamb chops that look like lamb chops.
Debe estar conectado para enviar un comentario.