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El aeropuerto Felipe Ángeles: ¿salvación o locura? | Felipe Ángeles Airport: salvation or folly?

Por William R. Wynn | TULSA, OK

Esta semana, a bombo y platillo, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO, como se le conoce comúnmente) inauguró oficialmente el aeropuerto internacional Felipe Ángeles, al oeste de la capital de ese país, pero aún está por ver si el proyecto, de rápida construcción, curará los males de los viajeros o creará dolores de cabeza y confusión.

El principal centro de tránsito de la ciudad de México, el aeropuerto internacional Benito Juárez, ha estado durante años sobrecargado y con poco mantenimiento, pero los planes para construir un reemplazo de casi 14 mil millones de dólares fueron desechados por AMLO al asumir el cargo, cumpliendo una promesa de campaña que el líder progresista había hecho para combatir la corrupción y el despilfarro.

En su lugar, el presidente ordenó al ejército mexicano que construyera -en terrenos propiedad de una base militar- lo que, según él, era un aeropuerto más eficiente, que salió por sólo 5.600 millones de dólares, menos de la mitad del plan original. Felipe Ángeles – llamado así en honor del general revolucionario mexicano Felipe Ángeles Ramírez – no sustituirá al Benito Juárez, sino que está diseñado para funcionar en conjunto con el actual aeropuerto internacional.

Sin embargo, a pesar de su rápida construcción y de los baños con temática de lucha libre, aún está por ver si los pasajeros o las compañías aéreas aceptarán el nuevo aeropuerto. Uno de los motivos es su ubicación, que está a 40 km del centro de la ciudad, es decir, a unas dos horas o más en coche. El aeropuerto Benito Juárez está a sólo 7 km del centro de la ciudad. La conexión prevista con las principales líneas ferroviarias de la ciudad se ha retrasado hasta el año que viene, como muy pronto.

El número de destinos a los que llega el nuevo aeropuerto es relativamente escaso y la mayoría de las compañías aéreas internacionales aún no se han comprometido a volar al Felipe Ángeles. En la actualidad, el único vuelo internacional es a Caracas con la compañía estatal venezolana Conviasa. Ninguna aerolínea estadounidense ha anunciado sus planes de buscar puertas de embarque en el Felipe Ángeles, aunque se rumorea que Delta está en conversaciones con los responsables del aeropuerto.

A nivel nacional, los viajeros podrán volar desde el Felipe Ángeles con horarios limitados a Mérida y Villahermosa con Aeroméxico Connect, a Guadalajara y Monterrey con Viva Aerobus, y a Cancún y Tijuana con Volaris.

La buena noticia es que el nuevo aeropuerto, que está diseñado para acoger a 20 millones de pasajeros al año con 150 mostradores de facturación tradicionales y de autoservicio, probablemente no estará abarrotado, al menos durante un tiempo. En la actualidad, no hay más de 12 vuelos diarios que despeguen y lleguen desde los 27 vestíbulos de la instalación.

Sin embargo, AMLO sigue siendo optimista sobre el futuro del nuevo aeropuerto, el primero en ser completado de un puñado de ambiciosos proyectos de construcción que ha defendido, incluyendo el polémico “Tren Maya”.

“Este proyecto va a beneficiar a mucha gente”, dijo el presidente. “Poco a poco [las aerolíneas] se irán acercando y ocuparán todos los espacios del nuevo aeropuerto”. (La Semana)

Foto archivo | Cortesía EL UNIVERSAL

Felipe Ángeles Airport: salvation or folly?

By William R. Wynn | TULSA, OK

This week, to great fanfare, Mexican President Andrés Manuel López Obrador (AMLO, as he is commonly known) officially opened Felipe Ángeles International Airport west of that country’s capital city, but it remains to be seen whether the quickly constructed project will cure travelers’ ills or create headaches and confusion.

Mexico City’s main transit hub, Benito Juárez International Airport, has for years been overwhelmed and under-maintained, but plans to build a nearly $14 billion replacement were scrapped by AMLO upon assuming office, fulfilling a campaign promise the progressive leader had made to combat corruption and waste.

Instead, the president ordered the Mexican military to build – on land owned by a military base – what he claimed was a more efficiently constructed airport, which came it at just $5.6 billion, less than half of the original scheme. Felipe Ángeles – named in honor of Mexican revolutionary general Felipe Ángeles Ramirez – will not replace Benito Juárez, but rather is designed to operate in tandem with the existing international airport.

However, despite its speedy construction and lucha libre-themed restrooms, whether or not passengers or airlines will embrace the new airport remains to be seen. One reason for this is the new airport’s location, which is 40 km (25 miles) from the city center, or about two hours or more by car. Benito Juarez Airport is only 7 km (4.3 miles) from Mexico City’s downtown. A planned connection to the city’s main rail lines has been delayed until sometime next year at the soonest.

Also holding the new airport back, at least for the present, is the relatively few number of destinations served and the fact that most major international airlines have yet to commit to flying into Felipe Ángeles. Currently, the only international flight is to Caracas on Venezuela’s state-owned airline, Conviasa. No US carriers have announced plans to seek gates at Felipe Ángeles, although Delta is rumored to be in discussions with airport officials.

Domestically, travelers will be able to fly from Felipe Ángeles on limited schedules to Merida and Villahermosa on Aeromexico Connect, to Guadalajara and Monterrey on Viva Aerobus, and to Cancun and Tijuana on Volaris.

The good news is that the new airport, which is designed to accommodate 20 million passengers per year with 150 traditional and self-service check-in counters, likely won’t be crowded, at least for a while. There are currently no more than 12 flights per day taking off and arriving from the facility’s 27 concourses.

However, AMLO remains optimistic about the new airport’s future, the first to be completed of a handful of ambitious construction projects he has championed, including the controversial “Maya Train.”

“This project will benefit a lot of people,” the president said. “Little by little [the airlines] will come around and they will take all the spaces in the new airport.” (La Semana)