Alquiler de tumbas en México / Understanding Mexican “grave rental”
Por Guillermo Rojas | Mexico, DF
Entre muchas cosas que los expatriados deben ocuparse está también la muerte. Y la pandemia no hizo más que exacerbar los problemas cotidianos de los inmigrantes extranjeros que residen en Estados Unidos, siendo uno de ellos, cómo lidiar con los entierros a distancia de los seres queridos.
El dolor es indiscutible y transitable de manera personal, pero en México hay pasos a seguir para conseguir digna sepultura y costos que deben pagarse, que exceden a las emociones.
Aquileo Arbisu Camacho, es encargado de un panteón en la ciudad de México, donde su vida transcurre entre dos cuestiones : la perpetuidad y la temporalidad. El primer concepto implica permanencia, y el segundo, cambio y eso es lo que deben elegir las personas que deseen ser enterradas en su panteón.
O bien se compra una sepultura que dura de por vida, o bien se paga una por siete años, tras lo cual se vuelve a decidir qué hacer con los restos del finado. “Si uno no puede comprar una tumba a perpetuidad le pueden vender la temporalidad. La tarifa más económica de perpetuidad es de 42.000 pesos mexicanos con dos lugares, una temporalidad de un solo lugar cuesta $14000,” explicó Aquileo. “En el caso de la temporalidad, el cuerpo permanece 7 años bajo tierra, que es el tiempo en el que la carne ya no se queda pegada a la estructura. De ahí se pasa a un nicho, básicamente es un osario que mide 45 por 45 por 50 de fondo, y allí se quedan a la perpetuidad, los que la han pagado,” informó con detalle.
Básicamente, hay dos procesos a tener en cuenta en los cementerios mexicanos, el de la inhumación de restos, es decir el entierro, que puede costar unos $12.000 más la tumba y el de la exhumación, cuando el cuerpo se saca de la tierra para su posterior Re inhumación o cremación, que sólo requiere de trámites administrativos y cuesta $1500.
“En el caso de las personas que viven en Estados Unidos y son enterradas aquí, muchas veces sus cuerpos duran más que los cuerpos que se embalsaman localmente, y tras los siete años no queda alternativa que cremarlos porque los restos no entran en el nicho, y eso hay que tenerlo en cuenta,” insistió Aquileo, que no sólo brinda soluciones a los familiares de los muertos, sino que también les cuida el bolsillo.
En México la decisión de cremar al fallecido o sepultarlo bajo tierra es completamente personal, la religión no es impedimento para la elección final.
Más allá de la angustia del momento, lo único importante a tener en cuenta a la hora de enterrar a un ser querido es seleccionar cuándo pagar los costos, anticipadamente adquiriendo una perpetuidad, o de a pasos, pagando una temporalidad, que a futuro requiere más trámites y presencia.
Understanding Mexican “grave rental”
By Guillermo Rojas | Mexico, DF
Among many other things expats have to worry about, there is one important issue that people tend to avoid, but for those living in foreign grounds with family away, sometimes is a must: death. If there is one thing Covid did, it was to create awareness of what it is like to have to bury relatives that may have lived abroad, while dealing with grief, pain and distance.
Nobody teaches us how to mourn, but today we can walk you through the steps to take when burying a person you love in Mexico, and the costs that are to be paid, in addition to the weight of emotions.
Aquileo Arbisu Camacho is the manager of a central cemetery in DF, and each day can be reduced to one question: perpetuity or temporality? The first concept implies permanence, and the second one, change. Between these two a person must decide when being buried at his pantheon. Either you buy a lifetime grave, or you can pay for one that lasts seven years until you figure out what to do, or you get enough money to do it.
“If you can’t afford perpetuity, then I can rent a temporary grave. Perpetual sepultures start at $42,000 Mexican pesos for two people, and a temporary one costs $14,000 and has one place,” explained Aquileo. “If you choose the second option, the corpse is buried for seven years, time in which the flesh dries away and disappears. After that, the body is exhumed and moved to a niche, an ossuary of 45 x45x 50 cm long, where only those who paid for perpetuity stay,” he said.
Basically, there are two processes one needs to consider at Mexican cemeteries, the interment of the remains, the burial itself of the loved one, that can cost around $12,000 Mexican pesos plus the grave; and the exhumation of the corps, when the body is removed from the land to be placed in the ossuary, something that costs only $1500.
“For those who lived and died in the USA and are later buried here, it’s important to know that their bodies tend to decompose slower, and after those seven years, we have no other option but cremation; something that always needs to be contemplated,” insisted Aquileo, who not only offers solutions to those mourning families but also caress about their pockets.
In Mexico cremating a deceased or burying him is a decision of the family, and religion does not seem to be an impediment.
Besides the anguish of the moment, the only thing important to consider in such a sad situation is when to pay the costs, maybe in advance through the acquisition of a perpetual grave, or gradually, paying for a temporary spot in order to save time for a later decision. (La Semana)
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