Jennifer Cooper una restauradora que trabaja con amor / Jennifer Cooper a restorer who works with love

Por Guillermo Rojas y Victoria Lis Marino | Tulsa, OK

Dicen que los objetos tienen memoria, y que las memorias se disparan a partir de objetos, razón por la cual tendemos a apreciar ciertas cosas materiales como seres vivientes a los que cuidamos con una obsesión inexplicable. 

Y cuando esos tesoros se dañan colapsamos, como si una parte de nosotros desapareciera con ellos. Por suerte existen personas como Jennifer Cooper, que dedican sus vidas a la restauración de estos preciados objetos amados e intentan devolverlos a su estado original para hacer nuestras vidas más felices. 

Cooper trabaja para la empresa de restauración First Team, y es a quien debemos contactar tras una catástrofe en ese momento en el que la moral pende de un hilo y todo parece devastado. Tras un tornado, una inundación o un incendio que se lleva todo, Cooper llega a tiempo para escarbar entre los escombros y rescatar lo que tiene chance de ser salvado para que algún día esos objetos adorados vuelvan a relucir. 

“Me encuentro con mis clientes tras el peor día de sus vidas, luego de que sufrieran una inundación o un incendio e intentamos ayudarlos para que puedan recuperarse lo antes posible”, dijo. 

“Generalmente llegamos a casas que están completamente devastadas, sin electricidad, con los techos caídos, todo cubierto en humo y tenemos que sacar lo que se puede salvar. Después lo limpiamos, desodorizamos, y almacenamos para enviarlo a los hogares reconstruidos”, agregó. 

Cooper siente mucho placer al limpiar los tesoros de otros, esos objetos que brindan información sobre sus dueños, y llevan consigo tiempo e historias que a ella le encanta conocer. “Es un honor trabajar con estos pedacitos de arte que me cuentan sobre la vida de las personas, lo que hacen, de dónde vienen, cuáles son sus anécdotas. Eventualmente esos objetos hablan de mis clientes y es lo que más me gusta, llegar a conocerlos bien”, admitió Cooper. 

Limpiar tras una catástrofe no es cosa fácil, especialmente cuando uno trabaja con piezas tan sentimentales por lo que Cooper y su población tratan cada objeto con sumo cuidado y dedicación. 

“intentamos utilizar los métodos menos invasivos primero, si no utilizamos esponjas y hasta aspiradoras. Para deshacernos de los olores primero hay que remover la fuente del mal olor porque las partículas siguen allí. Cada material es distinto, y toman olor de forma diferente, por eso las decisiones se hacen pieza a pieza. 

Para Cooper restaurar objetos es como restaurar vidas, y luego de que pasa la tormenta Jennifer tiene un rol vital en el camino de la esperanza, y por eso ama su trabajo. “ Comencé a trabajar hace 20 años sin saber nada de restauración, y aprendí con la experiencia. Eventualmente me encantó”, confesó. 

Hoy, Cooper se siente satisfecha, feliz de haber podido trabajar con tantos objetos amados y haberles dado el cuidado extra para lograr conseguir sonrisas en los rostros de quienes más sufrieron. “Me siento bien por ser parte del proceso. Conozco a la gente el peor día de sus vidas, y los veo nuevamente cuando alcanzan su final feliz”, dijo Cooper.

Pero ningún día es como el siguiente, y los incendios y otras catástrofes andan pululando por ahí. Por, eso, si el día llega, recuerda llamar a Jennifer Cooper, que te ayudara a restaurar tu corazón, limpiando las cosas que más te importan. (La Semana)

Jennifer Cooper a restorer who works with love

By Guillermo Rojas | Tulsa, OK

They say objects come with memory, and memories are shaped by objects which is why we tend to appreciate certain soulless things as living beings, cherished with an unspoken obsession. And when those precious treasures break, we collapse, feeling a part of ourselves has vanished too. Luckily there are people like Jennifer Cooper who dedicate their lives to the restoration of those loving pieces of art, objects, and furniture that mean so much to us, and put them back together in their original state. 

Cooper works at the restoration company First Team, and is the person you may contact after a catastrophe, say a tornado that swiped your home, a flood or even a fire. She will be the one who, after assessing the damage, will remove those loving objects of yours and with time and care put them on their feet again. 

“We meet the people after they have suffered the worst day of their lives, after they had a fire or a water issue and we try to help them out so that they can get their lives back as soon as possible as they were before the fire or water damage,” she said. 

“Most of the time we go to houses that are devastated, with no electricity, with ceilings that have fallen, covered in smoke and we are pulling out what we can salvage. Later we clean it, deodorize it, and store it, then when the house is restored we put it back,” she added.

Cooper finds pleasure in cleaning those treasured objects that speak about their owners, that carry time and stories that belong to others but that she cherishes as her own. 

“I am honored to deal with this art works, they tell me what the people do, where they come from, what’s their story. Eventually they talk about people and that’s what I love the most about the job, the idea of getting to know people,” Cooper observed. 

Cleaning after a catastrophe is not easy, especially when your goal is to try to make sentimental pieces look as they did before, which is why Cooper and her crew treat every object with love and tender. 

“We try to use the least invasive cleaning method first — if not we can use sponges, or even vacuum cleaners. To get rid with odor you need to get rid of the source of the odor, the particles that are still there. Every type of material is different, and they hold the odor different, it is a piece-by-piece decision on how we clean it.”

Restoring, Cooper feels, is like restoring lives. After the storm has passed, she is able to be a part of the road for hope, which is why she loves her job. 

“I started working in this field 20 years ago, knowing nothing about it, and learned with experience and eventually came to love it,” she explained. 

Today, Cooper feels fulfilled, delighted at being able to work with objects people love and giving them extra care to bring smiles back into the faces of those who have suffered.

“I feel good for being part of the process,” she said. “I meet them on the worst day of their lives and see them again when their places are restored.” 

But no day is the same, and tornadoes, fires and other undesirable events are just around the corner. And when that day comes, remember to call Jennifer Cooper, who will help you restore your heart by cleaning your dearest possessions. (La Semana)