BASKETBALL WORLD CUP – Nikola Vucevic y Montenegro acaban con México en su debut en el Mundial de Basquetbol / Nikola Vucevic and Montenegro finish with Mexico in their debut in the Basketball World Cup
POR Eduardo López – Los ‘12 Guerreros’ claudicaron en su regreso al Mundial FIBA frente a un Vucevic imperial (27+8), que hizo gala de sus blasones NBA. El panorama para clasificar a la segunda ronda se complica.
El tifón Vucevic asoló Manila. El re-estreno mundialista de los ‘12 Guerreros’ se convirtió en una aturdidora exhibición del titán de los Chicago Bulls, que azotó a la Selección Mexicana de Basquetbol con tesón huracanado. 27+8, 100% de triples, 73% de campo: estadísticas siderales para arrear a una Montenegro que dominó tres cuartos con repertorio total: triple, juego interno, rompimiento (6/12) y banquillo (14/33). El partido en Mall of Asia terminó en tormenta.
“¡Defense, defense!”, agitaba el banquillo mexicana mientras Ibarra, primoroso en el último mes, intentaba en vano detener a Nikola Vucevic. La tarea tiene tal grado dificultad que muy pocos, incluso en la NBA, han logrado completarla. No te sientas mal, Josh. Es normal. Israel Gutiérrez, con el peso de la experiencia, debió ingresar mediado el primer cuarto para tener la sangría. Funcionó el cambio de alfiles. El veterano se encontró en superioridad en todas sus incursiones a la pintura montenegrina, y supo soltar el balón hacia la profundidad con la calma y el pasmo que brindan las mil batallas. Paco Cruz, otro gatillero curtido en los cruentos campos de tiro bálticos, comenzó a soltar la mano. La reversa jordanezca de Fabián Jaimes, con acto de mero ilusionismo con el balón bien prensado en un vaivén de los brazos, arrancó suspiros en Pasay.
Gael Bonilla y Jorge Gutiérrez, futuro y pasado, salieron a la madera para rejuvenecer a los ‘12 Guerreros’. El desparpajo de uno; el arte del otro. También apareció sobre el escenario Orlando Méndez, otro caballero de la mesa redonda; un esgrimista que se resiste a demostrar que sus mejores días han pasado. Quizá no. El caso es que el rigor de la maestría solucionó los problemas con el músculo, pero Radonic e Ivanovic presumieron artillería a distancia. Gutiérrez, que suele combinar la estética con la cleptomanía, desplegó esas dotes carteristas que lo llevaron a la NBA: Camacho cobró el botín con algún esfuerzo. Dubljevic exhibió una realidad basquetbolística innegable: el interno que no tira ya está condenado a desaparecer; Stoll replicó con la misma declaración, pero Popovic le birló para que Quintero accionara el botón de emergencia. Apareció centelleante Perry, una suerte de Patrick Beverley, justo cuando México comenzaba a perder consistencia. Un fatídico parcial de 14-6 en 2:50 precipitó a los ‘12 Guerreros’ a los vestidores con las miradas en bajo.
Vucevic lo tomó donde lo dejó: activó el periscopio y despachó el misil. 18 puntos ya. Y contando. Y, en un enésimo rompimiento, Simonovic atolondró a Stoll y Quintero, que volvió a pedir clemencia. Los nubarrones comenzaban a cernirse sobre el Mall of Asia. Vientos de tifón, del tifón Vucevic. Montenegro elevó la calidad de su armamento: Popovic activó las bombas nucleares, dos consecutivas, y ahora los ‘12 Guerreros’ quedaron expuestos al último argumento: la esperanza. Hasta que reapareció Ibarra, inédito desde los primeros compases, tocado en el corazón, para petrificar a Dubljevic. La esperanza estaba en la valentía, en el arrojo. Sus seis puntos en fila aliviaron un tercer cuarto casi fatídico.
Paco Cruz (16+3+6), en tierra de gigantes, encontró a Ibarra, ahora convertido en un motor en combustión. Los guerreros de Quintero ya habían elegido su destino: si será derrota, que sea honorable. Que corra la sangre. Que suene el apretar de los dientes. Con 67-74, Quintero vio una oportunidad inusitada y aplicó un experimento poco menos que temerario: dos pivotes, Gutiérrez y el quebrantado Amigo, otrora pilar del proyecto. Eso equivalía a blindar la llave y mejorar las rotaciones, pero desguarnecer el perímetro. Podría resultar. Con su quinteto más alto posible, los ‘12 Guerreros’ intentaron recortar el déficit con apuros. “¿Esperanza? Nada de eso”, le espetó Vucevic a Daniel Amigo, al abortar con muy poco respeto (y espeluznante fiereza) su gancho de reversa. Con 0 puntos en segundas oportunidades, no vas a ningún lado en el basquetbol moderno y de antaño. El triple recto de Vucevic, quién si más, finiquitó la noche. La esperanza. El tifón Vucevic lo ahogó todo.
BASKETBALL WORLD CUP – Nikola Vucevic and Montenegro finish with Mexico in their debut in the Basketball World Cup
BY Eduardo López – The ’12 Warriors’ gave up on their return to the FIBA World Cup against an imperial Vucevic (27+8), who showed off his NBA blazons. The scenario to qualify for the second round is complicated.
Typhoon Vucevic devastated Manila. The World Cup re-premiere of the ’12 Warriors’ became a stunning exhibition of the Chicago Bulls titan, who hit the Mexican Basketball National Basketball with hurricane tenacity. 27+8, 100% of triples, 73% of field: sidereal statistics to raise a Montenegro that dominated three quarters with total repertoire: triple, internal play, break (6/12) and bench (14/33). The game in Mall of Asia ended in a storm.
“Defense, defense!” shook the Mexican bench while Ibarra, exquisite in the last month, tried in vain to stop Nikola Vucevic. The task has such a degree of difficulty that very few, even in the NBA, have managed to complete it. Don’t feel bad, Josh. It’s normal. Israel Gutiérrez, with the weight of the experience, had to enter in the middle of the first quarter to have the sangria. The change of bishops worked. The veteran found himself in superiority in all his incursions into Montenegrin paint, and knew how to release the ball into the depths with the calm and astishment that the thousand battles provide. Paco Cruz, another gunner tanned on the bloody Baltic shooting ranges, began to let go of his hand. The Jordanian reverse of Fabián Jaimes, with an act of mere illusionism with the ball well pressed in a swing of the arms, started sighs in Pasay.
Gael Bonilla and Jorge Gutiérrez, future and past, went out into the woods to rejuvenate the ’12 Warriors’. The self-confidence of one; the art of the other.Orlando Méndez, another gentleman from the round table, also appeared on stage; a fencer who refuses to show that his best days have passed. Maybe not. The fact is that the rigor of the mastery solved the problems with the muscle, but Radonic and Ivanovic boasted artillery from a distance. Gutiérrez, who usually combines aesthetics with kleptomania, deployed those pickpocket skills that took him to the NBA: Camacho took the loot with some effort. Dubljevic exhibited an undeniable basketball reality: the inmate who does not shoot is already condemned to disappear; Stoll replied with the same statement, but Popovic robbed him so that Quintero activated the emergency button. Perry, a kind of Patrick Beverley, appeared sparkling just as Mexico was beginning to lose consistency. A fateful partial of 14-6 at 2:50 precipitated the ’12 Warriors’ to the dressing rooms with their eyes low.
Vucevic took it where he left it: he activated the periscope and dispatched the missile. 18 points already. And counting. And, in an umpteenth break, Simonovic bled Stoll and Quintero, who again asked for clemency. The clouds began to hover over the Mall of Asia. Winds of typhoon, from Typhoon Vucevic. Montenegro raised the quality of its armament: Popovic activated the nuclear bombs, two consecutive, and now the ’12 Warriors’ were exposed to the last argument: hope. Until Ibarra reappeared, unpublished from the first bars, touched in the heart, to petrify Dubljevic. Hope was in courage, in courage. His six points in a row relieved an almost fateful third quarter.
Paco Cruz (16+3+6), in the land of giants, found Ibarra, now turned into a combustion engine. Quintero’s warriors had already chosen their destiny: if it will be defeat, let it be honorable. Let the blood flow. Let the clenching of the teeth sound. With 67-74, Quintero saw an unusual opportunity and applied a little less reckless experiment: two pivots, Gutiérrez and the broken Amigo, once a pillar of the project. That was equivalent to shielding the key and improving rotations, but unguarding the perimeter. It could work out. With their highest possible quintet, the ’12 Warriors’ tried to cut the deficit with difficulty. “Hope? None of that,” Vucevic spat at Daniel Amigo, when he aborted his reverse hook with very little respect (and creepy fierceness).With 0 points on second chances, you don’t go anywhere in modern and old-fashioned basketball. Vucevic’s triple rectum, who else, ended the night. Hope. Typhoon Vucevic drowned everything.
more in original source https://mexico.as.com/masdeporte/nikola-vucevic-y-montenegro-acaban-con-mexico-en-su-debut-en-el-mundial-de-basquetbol-n/
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