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Leticia Rojas Bilbao: una vida en la danza | a life in dance

Por William R. Wynn | TULSA, OK

Para Leticia Rojas Bilbao, la danza es más que una profesión: es una forma de vida. Rojas, orgullosa argentina, se encuentra este mes en Tulsa exhibiendo su talento -y su filosofía- a través de una serie de actuaciones y clases. Después de una exitosa demostración que cautivó e involucró a su público en el Festival Américas el fin de semana pasado, Rojas habló con La Semana sobre lo que ha sido prácticamente una pasión de toda la vida. 

Rojas dijo que su introducción a la danza se produjo a los ocho o nueve años de edad, y creció a partir de un amor por la música que recibió de su padre.

“Mi padre escuchaba mucha música cuando yo era muy pequeña, lo que me gustaba mucho”, recuerda, “y a mí se me ocurrían coreografías que bailaba para mi hermana y mi madre”.

Rojas cuenta que su atracción natural por el medio del movimiento se fraguó aproximadamente un año después.

“Cuando tenía nueve o diez años, fui a una clase y vi a la profesora bailando y dije: ‘¡Dios mío, quiero hacer eso! Así que empecé a tomar clases y nunca paré. Ese fue mi primer paso, con sólo 10 años”, explica Rojas, y añade que cinco años más tarde ya enseñaba a otros lo que había aprendido.

“Tenía 15 años cuando empecé a trabajar como profesora de danza, pero estudiaba todo el tiempo a la vez que daba las clases”, dijo Rojas. “Empecé primero con el baile aeróbico, y luego empecé con otros ritmos a los 17, como la salsa y el merengue. Y a los 18 empecé con clases de Flamenco”.

Pasaron unos años y Rojas se encontró viviendo en España, donde continuó su formación en danza. 

“Estudié en la mejor escuela de Madrid”, recuerda. “Bailé allí, y seguí estudiando y enseñando”.

Rojas abrió pronto su propio estudio, donde se centró en sus estilos de baile favoritos, la salsa y el flamenco. A lo largo de los años ha ido añadiendo clases de Tango y Zumba, y en sus viajes comparte sus conocimientos, habilidades y pasión con un público ávido de Europa y América. El idioma, dice, no es una barrera, porque la danza es un idioma en sí mismo.

“Porque es el lenguaje del cuerpo, de la danza, de la música”, insiste. “Es la conexión con el otro. No necesitamos sólo el lenguaje verbal. Podemos usar el cuerpo. Puedes hablar ruso o chino, pero no importa porque hablas el lenguaje de la danza”.

A quienes se hayan planteado tomar una clase de danza pero nunca se hayan animado, Rojas les anima a no esperar.

“Simplemente vayan a la clase”, dice riendo sabiamente, “porque es la única manera que tienen de aprender algo. No tengán miedo, no seán tímidos, intenten lo que quieran hacer en sus vidas”.

Rojas promete que también habrá otros beneficios.

“La danza y la actividad física son muy importantes”, observa. “Todo el mundo necesita mover el cuerpo porque es sano para las personas y es sano para la mente. Y no sólo eso, también se establecen vínculos con otras personas. Creo que los humanos necesitamos un sentido de comunidad, pertenecer a algo y compartir. Y te sientes mejor si compartes tu vida con otras personas. Y esto es muy importante para todos”.

Los habitantes de Tulsa aún tienen varias oportunidades de ver actuar a Rojas o apuntarse a sus clases. Visite sus redes sociales a través de https://linktr.ee/LeticiaRojasBilbao o envíe un correo electrónico a “Zumba con Leti” en [email protected] para obtener más información. (La Semana)

Leticia Rojas Bilba en pleno apogeo durante el Festival Américas

Leticia Rojas Bilbao: a life in dance

By William R. Wynn | TULSA, OK

For Leticia Rojas Bilbao, dance is more than a profession – it’s a way of life. A proud Argentinean, Rojas is in Tulsa this month showcasing her talents – and her philosophy – through a series of performances and classes. On the heels of a successful demonstration that captivated and involved her audience at Festival Americas last weekend, Rojas visited with La Semana about what has been virtually a lifelong passion. 

Rojas said her introduction to dance came at eight or nine years of age, and grew out of a love for music she got from her father.

“My father listened to a lot of music when I was very little, which I really enjoyed,” she recalled, “and I would come up with choreographies and I would dance for my sister and mother.”

Rojas said her natural attraction to the medium of movement was cast in stone about a year later.

“When I was nine years or 10 years old, I went to a class, and I saw the teacher dancing and I said, ‘Oh my God, I want to do that!’ So I started taking classes and I never stopped. This was my first step, at just 10 years old,” Rojas explained, adding that five short years later she was teaching others what she had learned.

“I was 15 when I started working a dance teacher, but I was studying all the time along with teaching the classes,” Rojas said. “I started first with aerobic dance, and then I started with other rhythms at 17, like Salsa and Meringue. And then at 18 I started with Flamenco classes.”

A few years passed and Rojas found herself living in Spain, where she continued her education in dance. 

“I studied in the best school in Madrid,” she recalled. “I danced there, and I kept studying and teaching.”

Rojas soon opened her own studio, where she focused on her favorite dance styles, Salsa and Flamenco. Over the years she has added additional classes such as Tango and Zumba, and during her travels she shares her knowledge, skills, and passion with eager audiences throughout Europe and the Americas. Language, she says, is no barrier, because dance is a language all its own.

“Because it’s the language of the body, of the dance, of the music,” she insists. “It’s, the ‘other’ connection. We don’t need just the verbal language. We can use our bodies. You can speak Russian or you can speak Chinese, but it doesn’t matter that because you speak the language of dance.”

For those who’ve considered taking a dance class but never got around to it, Rojas encourages them not to wait.

“Just go to the class,” she said with a wise laugh, “because it’s the only way you have to learn something. Don’t be scared, don’t be shy, just try whatever you want to do in your life.”

Rojas promises there will be other benefits as well.

“Dance and physical activity are very important,” she observed. “Eerybody needs to move the body because it’s healthy for the people and it’s healthy for the mind. And not only this, you also make connections with other people. I think the humans need a sense of community, and to belong to something and share. And you feel better if you share your life with other persons. And this is very important for everybody.”

Tulsans still have several opportunities to see Rojas perform or sign up for classes. Visit her social media via https://linktr.ee/LeticiaRojasBilbao or email “Zumba con Leti” at [email protected] for more information. (La Semana)