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Gaza “un cementerio para los niños” / Gaza “a graveyard for children”

Por William R. Wynn | TULSA, OK

La respuesta de Israel al brutal y sangriento ataque contra la población civil perpetrado por Hamás hace un mes está siendo cada vez más criticada por la comunidad internacional, que calcula que ha causado más de 10.000 muertos en Gaza, entre ellos muchos niños, ancianos y otras personas que no han podido huir de la zona. El secretario general de la ONU, António Guterres, describió Gaza como “un cementerio de niños” y renovó sus llamamientos a un alto el fuego inmediato.

“La pesadilla de Gaza es más que una crisis humanitaria. Es una crisis de humanidad”, declaró Guterres esta semana en Nueva York. “Las partes en conflicto -y, de hecho, la comunidad internacional- se enfrentan a una responsabilidad inmediata y fundamental: poner fin a este sufrimiento colectivo inhumano y ampliar drásticamente la ayuda humanitaria a Gaza”. 

Israel había declarado anteriormente que los residentes en el norte debían evacuar hacia el sur, pero ha continuado sus ataques en el sur además de bombardear el norte con misiles, dejando a los gazatíes víctimas del terror casi sin vías de escape.

Tras los horribles asesinatos de al menos 1.400 israelíes y otras personas cometidos por Hamás el 7 de octubre, la simpatía del mundo se volcó con Israel, como lo había hecho con Estados Unidos tras el 11-S hace más de dos décadas. Al parecer, altos funcionarios de Estados Unidos -incluido el propio presidente Biden- advirtieron al gobierno israelí de que no cometiera algunos de los mismos errores que este país cometió entonces, instando a la cautela y a no emprender acciones que pudieran provocar más muertes de civiles.

Sin embargo, Israel optó por el enfoque opuesto y ha estado librando una campaña de tierra quemada que los expertos temen que no logre los objetivos de esa nación y que, a largo plazo, pueda agravar el conflicto en la región. La decisión de librar una guerra sin cuartel en Gaza, sin consideración aparente por las víctimas civiles, ha comenzado a erosionar parte de la buena voluntad internacional hacia Israel, como se ha visto esta semana cuando Bolivia rompió los lazos internacionales entre ambas naciones, “en repudio y condena a la agresiva y desproporcionada ofensiva militar israelí que tiene lugar en la Franja de Gaza”. Chile y Colombia han retirado igualmente a sus embajadores “para consultas”.

Estados Unidos, aliado incondicional de Israel a pesar de discrepar sobre la solución de dos Estados para Palestina que muchos consideran necesaria en última instancia, está siendo acusado de tener un doble rasero a la hora de denunciar la matanza de civiles por parte de Hamás pero quedarse corto a la hora de condenar el enfoque de Israel. Algunos expertos creen que Biden se verá pronto obligado a poner a prueba la relación entre ambos países reteniendo la ayuda militar si Israel se niega a hacer concesiones humanitarias en la guerra de represalias. Para agravar el problema, el Congreso de Estados Unidos se encuentra en un punto muerto, con la Cámara de Representantes aprobando un proyecto de ley para financiar a Israel que prácticamente no tiene posibilidades de convertirse en ley. 

Mientras tanto, grupos humanitarios internacionales como Médicos Sin Fronteras (MSF) ruegan a Israel que detenga su asalto a Gaza, al menos temporalmente.

“Reiteramos los llamamientos para que se suministre la ayuda humanitaria que se necesita urgentemente”, declaró el grupo. “MSF pide el establecimiento urgente de espacios y pasos seguros para los civiles atrapados en Gaza. Los heridos y enfermos deben recibir atención médica. Las instalaciones y el personal médico deben ser protegidos y respetados; los hospitales y las ambulancias no son objetivos.”

Pero hasta ahora, las súplicas de la comunidad internacional siguen cayendo en saco roto, y los civiles son los que pagan el precio más alto. (La Semana)

Se calcula que la guerra ha causado más de 10.000 muertos en Gaza, entre ellos muchos niños, ancianos y otras personas que no han podido huir de la zona

Gaza “a graveyard for children”

By William R. Wynn | TULSA, OK

Israel’s response to the brutal and bloody attack on civilians by Hamas a month ago is increasingly coming under fire by the international community, with estimates of over 10,000 dead in Gaza including many children, the elderly, and others unable to flee the area. UN Secretary-General António Guterres described Gaza as “a graveyard for children,” and renewed his calls for an immediate cease fire.

“The nightmare in Gaza is more than a humanitarian crisis. It is a crisis of humanity,” Guterres said this week in New York. “The parties to the conflict – and, indeed, the international community – face an immediate and fundamental responsibility: to stop this inhuman collective suffering and dramatically expand humanitarian aid to Gaza.” 

Israel had earlier stated that that residents in the north should evacuate to the south, but has continued its southern strikes in addition to pummeling the north with missiles, leaving terror stricken Gazans with almost no avenues of escape.

Following the horrific murders by Hamas of at least 1400 Israelis and others on October 7th, the sympathy of the world was with Israel, much as it had been with the United States in the aftermath of 9/11 more than two decades ago. Top officials of the US – including President Biden himself – reportedly cautioned the Israeli government against making some of the same mistakes this country made then, urging caution and not taking action that could result in more civilian deaths.

However, Israel chose the opposite approach and has been waging a scorched earth campaign that experts fear will not achieve that nation’s goals and in the long term may well further conflict in the region. The decision to wage all-out war in Gaza, with no apparent regard for civilian casualties, has begun to erode some of the international good will toward Israel, as was seen this week when Bolivia severed international ties between the two nations, “in repudiation and condemnation of the aggressive and disproportionate Israeli military offensive taking place in the Gaza Strip.” Chile and Colombia have similarly withdrawn their ambassadors “for consultation.”

The US, a staunch ally of Israel despite disagreeing over a two-state solution for Palestine that many feel is ultimately necessary, is being accused of having a double standard when it comes to denouncing the killing of civilians by Hamas but stopping short of condemning Israel’s approach. Some experts believe that Biden will soon be forced to test the relationship between the two countries by withholding military aid if Israel refuses to make humanitarian concessions in the retaliatory war. Compounding the issue is a partisan standoff in the US Congress, with the House passing a bill to fund Israel that has virtually no chance of becoming law. 

In the meantime, international humanitarian groups such as Doctors Without Borders/Médecins Sans Frontières (MSF) are begging Israel to halt its assault on Gaza, at least temporarily.

“[W]e are reiterating calls for the delivery of urgently needed humanitarian aid,” the group stated. “MSF calls for the urgent establishment of safe spaces and safe passage for civilians trapped in Gaza. The wounded and sick must receive medical care. Medical facilities and personnel must be protected and respected; hospitals and ambulances are not targets.”

But so far, the pleas of the international community continue to fall on deaf ears, with civilians paying the heaviest price. (La Semana)