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Conoce a Kamala Harris y sus banderas / Meet Kamala Harris and Her Flags

Por  José López Zamorano

Al cabo de semanas de angustia, la realidad se impuso y Joe Biden pasó la estafeta a Kamala Harris. Fue un triunfo de su sentido de responsabilidad histórica: de haberse mantenido en la carrera y perdido frente a Donald Trump, el juicio de la historia habría sido devastador.

Ahora Biden se despide como un digno patriarca. Un político congruente que dedicó más de cinco décadas de su vida a servir al interés público con decencia y honorabilidad.

Harris hereda una misión y un reto: evitar el regreso de Donald Trump al poder, y reunificar a una familia demócrata que había perdido la fe y la esperanza.

En sólo 24 horas la campaña de Harris recaudó 81 millones de dólares de 888,000 donantes y casi 60,000 voluntarios  se inscribieron como voluntarios de su campaña. Se trata del principal termómetro para comprobar que elrelevo generacional fue una bocanada de aire fresco que resucitó el alma de los demócratas.

Como hija de un padre jamaiquino y de una madre Tamil de India, Harris vive en carne propia la realidad de las comunidades migrantes.

A sus 59 años, su vida es un testamento del espíritu que anima a todos los expatriados: sacrificio y esfuerzo para darles bienestar y un mejor futuro a los nuestros.

Como abogada, procuradora de justicia de California, senadora y vicepresidenta, ha sido una incansable defensora de los derechos civiles.

Apoya el Dream Act y abre la puerta para la legalización de más de 11 millones de indocumentados.

Uno de sus primeros actos como candidata fue confirmar a Julie Chávez-Rodríguez , nieta del venerable César Chávez, como gerente de su campaña presidencial.

Ha sido una aguerrida protectora de los derechos reproductivos de la mujer y ha impulsado reformas sensibles para regular las armas de fuego.

En su primer mensaje desde los cuarteles centrales de la campaña demócrata en Delaware, Harris dejó en claro que su experiencia como fiscal general de California le permitirá lidiar con un criminal convicto acusado de abuso sexual y de 34 acusaciones de estafas. “Conozco a los tipos como Donald Trump”, dijo con la mueca de una sonrisa.

Nancy Pelosi la definió como una mujer “brillantemente astuta”. Ese temperamento fuerte le valdrá cuando cruce espadas con Trump el 10 de septiembre en el segundo debate presidencial.

Durante su primer discurso de campaña, Harris articuló, con una sola pregunta, el predicamento que tienen más de 150 millones de votantes elegibles en 2024.

“¿En qué país queremos vivir? En un país de libertad, compasión y de estado de derecho. ¿O en un país de caos, miedo y odio?”  La respuesta a esa interrogante queda en al aire para ser respondida en las urnas con tu voto el martes 5 de noviembre.

Meet Kamala Harris and Her Flags

By José López Zamorano

After weeks of anguish, reality set in, and Joe Biden passed the baton to Kamala Harris. It was a triumph of his sense of historical responsibility: had he stayed in the race and lost to Donald Trump, the judgment of history would have been devastating. Now Biden bids farewell as a dignified patriarch, a consistent politician who dedicated more than five decades of his life to serving the public interest with decency and honor.

Harris inherits a mission and a challenge: to prevent Donald Trump from returning to power and to reunify a Democratic family that had lost faith and hope. In just 24 hours, Harris’s campaign raised $81 million from 888,000 donors, and nearly 60,000 volunteers signed up for her campaign. This is the main indicator that the generational shift was a breath of fresh air that revived the soul of the Democrats.

As the daughter of a Jamaican father and a Tamil Indian mother, Harris personally experiences the reality of migrant communities. At 59, her life is a testament to the spirit that animates all expatriates: sacrifice and effort to provide well-being and a better future for their own.

As a lawyer, California attorney general, senator, and vice president, she has been a tireless defender of civil rights. She supports the Dream Act and opens the door for the legalization of more than 11 million undocumented people. One of her first acts as a candidate was to confirm Julie Chávez-Rodríguez, granddaughter of the venerable César Chávez, as her presidential campaign manager. She has been a fierce protector of women’s reproductive rights and has pushed for sensible reforms to regulate firearms.

In her first message from the Democratic campaign headquarters in Delaware, Harris made it clear that her experience as California attorney general will allow her to deal with a convicted criminal accused of sexual abuse and 34 counts of fraud. “I know guys like Donald Trump,” she said with a wry smile.

Nancy Pelosi described her as a “brilliantly astute” woman. That strong temperament will serve her well when she crosses swords with Trump on September 10 in the second presidential debate. During her first campaign speech, Harris articulated, with a single question, the predicament facing more than 150 million eligible voters in 2024: “What kind of country do we want to live in? A country of freedom, compassion, and the rule of law, or a country of chaos, fear, and hate?” The answer to that question remains in the air to be answered at the polls with your vote on Tuesday, November 5.