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Investigadora de OU estudiará el impacto del cambio climático en las comunidades indígenas bolivianas

NORMAN, OK – Una profesora asociada de la Universidad de Oklahoma ha recibido una importante subvención para estudiar los efectos a largo plazo del cambio climático en las comunidades indígenas del altiplano boliviano.

La Dra. Sarah Hines, del Dodge Family College of Arts and Sciences de la OU, ha recibido 124.434 dólares de la National Science Foundation por su proyecto titulado «Experiencias indígenas de los cambios medioambientales en perspectiva histórica». La investigación pretende examinar las historias medioambientales y sociales de las comunidades aymaras cercanas a La Paz, la capital de Bolivia, desde mediados del siglo XIX hasta la actualidad.

«Esta región experimentó un calentamiento de las temperaturas que provocó el retroceso de los glaciares y problemas agrícolas», explicó Hines. La zona de estudio se eligió específicamente por su evidencia visual del retroceso de los glaciares en las últimas cuatro décadas.

La investigación de Hines se centrará en el periodo posterior a la Pequeña Edad de Hielo, que afectó a la región desde 1600 hasta mediados de 1800. «No sabemos mucho sobre las experiencias más largas y profundas del cambio climático desde el final de la Pequeña Edad de Hielo», explica. «Ése es uno de los factores motivadores de este proyecto».

El estudio también ahondará en la relación histórica de las comunidades indígenas con la cordillera de los Andes, examinando aspectos como el transporte, la minería, la flora y la fauna y los recursos hídricos.

Hines destacó la compleja historia social de la región, señalando un auge de la construcción de carreteras a principios del siglo XX que coincidió con el despojo de tierras a los indígenas. «Para construir las carreteras se empleó una nueva versión del sistema colonial de mano de obra forzada, que obligaba a los hombres indígenas pobres a trabajar mientras que los no indígenas pagaban un impuesto», explicó, y añadió que esto exacerbó la opresión racial.

La investigadora subrayó la importancia de estudiar comunidades con profundos lazos con la tierra para comprender las implicaciones éticas del cambio climático. 

«Podemos ver cómo el cambio climático está afectando a zonas del mundo de diferentes maneras, desde inundaciones repentinas y retroceso de los glaciares hasta escasez de agua y problemas agrícolas», declaró Hines. «Este lugar está experimentando estos problemas de forma muy visible».

Se espera que el proyecto, que comenzó en agosto de 2024, concluya en julio de 2026. Se basa en el trabajo previo de Hines, incluido su libro «Agua para todos: Comunidad, propiedad y revolución en la Bolivia moderna».

Esta investigación contribuye a un creciente cuerpo de trabajo que examina la intersección del cambio climático, el conocimiento indígena y la justicia social en regiones vulnerables de todo el mundo. (La Semana)

Dra. Sarah Hines, del Dodge Family College of Arts and Sciences de la OU

OU researcher to study climate change impact on Bolivian indigenous communities

NORMAN, OK – A University of Oklahoma associate professor has been awarded a significant grant to study the long-term effects of climate change on Indigenous communities in Bolivia’s highlands.

Dr. Sarah Hines, from OU’s Dodge Family College of Arts and Sciences, received $124,434 from the National Science Foundation for her project titled “Indigenous Experiences of Environmental Changes in Historical Perspective.” The research aims to examine the environmental and social histories of Aymara communities near La Paz, Bolivia’s capital, from the mid-19th century to the present day.

“This region experienced warming temperatures, leading to glacial retreat and agricultural issues,” Hines explained. The study area was chosen specifically for its visual evidence of glacial retreat over the past four decades.

Hines’s research will focus on the period following the Little Ice Age, which affected the region from the 1600s to the mid-1800s. “We don’t know much about the longer, deeper experiences of climate change since the end of the Little Ice Age,” she said. “That’s one of the motivating factors of this project.”

The study will also delve into the Indigenous communities’ historical relationship with the Andes Mountains, examining aspects such as transportation, mining, flora and fauna, and water resources.

Hines highlighted the complex social history of the region, noting a road-building boom at the turn of the 20th century that coincided with land dispossession of Indigenous people. “A new version of a colonial draft labor system was employed to develop the roads where poor Indigenous men were forced to work while non-Indigenous men paid a tax,” she said, adding that this exacerbated racial oppression.

The researcher emphasized the importance of studying communities with deep ties to the land to understand the ethical implications of climate change. 

“We can see how climate change is impacting areas of the world in different ways, from flash flooding and glacial retreat to water scarcity and agricultural challenges,” Hines stated. “This place is experiencing these issues in a very visible way.”

The project, which began in August 2024, is expected to conclude in July 2026. It builds on Hines’s previous work, including her book “Water for All: Community, Property, and Revolution in Modern Bolivia.”

This research contributes to a growing body of work examining the intersection of climate change, Indigenous knowledge, and social justice in vulnerable regions around the world. (La Semana)