FeaturedNacional

Recordando al papa Francisco / Remembering Pope Francis


Por William R. Wynn | TULSA, OK | Foto principal: STEFANO DAL POZZOLO CONTRASTO

El papa Francisco, el querido líder espiritual de más de 1400 millones de católicos, falleció la madrugada del lunes 21 de abril a los 88 años, pocas horas después de dirigirse brevemente a los fieles el Domingo de Pascua desde un balcón de la basílica de San Pedro en Roma. Fue un firme defensor de los migrantes y los derechos humanos, lo que a menudo le valió la ira de los líderes políticos mundiales por llamarles la atención cuando lo consideraba oportuno. El papa Francisco defendía que la Iglesia católica debía ser más acogedora con sus miembros LGBTQ, aunque no llegó a modernizar la doctrina de la Iglesia en este sentido.

El primer papa de América, Jorge Mario Bergoglio, nació en Buenos Aires, Argentina, el 17 de diciembre de 1936. Bergoglio era hijo de inmigrantes italianos, ya que su padre y sus abuelos «huyeron de Italia para escapar de Mussolini», según la hermana del difunto pontífice. Algunos han especulado que fue la historia de refugiados de su familia lo que influyó en la compasión del Papa por los migrantes del mundo, pero el propio Bergoglio citó humildemente la vida de Cristo como su principal motivación en todo.

Argentina es uno de los varios países latinoamericanos cuya identidad ha sido fuertemente moldeada por la inmigración, y esta fue la cultura en la que se crió Bergoglio. Una de las compatriotas del Papa es Victoria Lis Marino, traductora principal y corresponsal en Latinoamérica de La Semana, y también católica. Desde su casa en Neuquén, en la Patagonia, Lis Marino reflexionó sobre el legado de su compatriota y líder espiritual.

«Francisco era un símbolo de lo que los argentinos quisiéramos ser a los ojos del resto del mundo: queremos ser diferentes, audaces, míticos, beligerantes, salvajes, y así era Francisco», observó. «Vino de un país hispano al fin del mundo para demostrar que la compasión, la caridad y la reforma pertenecen a la Iglesia de este nuevo siglo. Nos hizo querer volver a sentir, querer volver a creer, nos hizo sentir orgullosos de quienes somos».

Lis Marino señaló que la labor del papa Francisco no siempre fue fácil, especialmente en sus primeros años como pontífice, cuando tuvo que lidiar con escándalos de corrupción bancaria y encubrimientos de abusos sexuales sistémicos en la Iglesia. 

«Tenía una carga muy pesada, tratando de actualizar una Iglesia monolítica llena de secretos, conspiraciones y corrupción», recordó. «Y contra todo pronóstico, afrontó sus retos con dignidad y, sobre todo, con convicción. Nunca olvidó al ser humano que era cuando se quitaba la sotana. Era un argentino que amaba el fútbol, que creía en la justicia social y que vino de un país lejano para hacer historia. La Iglesia católica lo echará de menos, ya que su futuro sin un liderazgo como el suyo es incierto. En Argentina debemos aprender a valorar lo que fue su papado y agradecerle que nos haya puesto en un lugar tan destacado».

El sucesor de Bergoglio será elegido por el Colegio Cardenalicio, y el 80 % de los elegibles para votar fueron elegidos por el papa Francisco. Y aunque todo es posible cuando se eleva el humo blanco, parece haber más posibilidades de que el legado del papa del fin del mundo quede asegurado cuando se siente el próximo obispo de Roma. (La Semana)

Remembering Pope Francis

By William R. Wynn | TULSA, OK

Pope Francis, the beloved spiritual leader of more than 1.4 billion Catholics, died early on Monday, April 21st at the age of 88, just hours after briefly addressing the faithful on Easter Sunday from a balcony at St. Peter’s Basilica in Rome. He was a stalwart fighter for migrants and human rights, often drawing the ire of the world’s political leaders for taking them to task when he saw fit. Pope Francis argued that the Catholic Church should be more welcoming of its LGBTQ members, although he stopped short of modernizing church doctrine in this regard.

The first Pope of the Americas, Jorge Mario Bergoglio was born in Buenos Aires, Argentina on December 17, 1936. Bergoglio was the son of Italian immigrants, his father and grandparents having “fled Italy to escape Mussolini,” according to the late pontiff’s sister. Some have speculated that it was his family’s refugee story that influenced the Pope’s compassion for the migrants of the world, but Bergoglio himself humbly cited the life of Christ as his primary motivation in all things.

Argentina is one of several Latin American countries whose identities were heavily shaped by immigration, and this was the culture in which Bergoglio was raised. One of the Pope’s fellow Argentinians is Victoria Lis Marino, who is La Semana’s principal translator and Latin America correspondent and is also a Catholic. Speaking from her home in Neuquén in Patagonia, Lis Marino reflected on the legacy of her countryman and spiritual leader.

“Francis was a symbol of what we Argentinians would like to be in the eyes of the rest of the world — we want to be different, bold, mythical, belligerent, wild, and this was Francis,” she observed. “He came from a Hispanic country at the end of the world to prove that compassion, charity and reformation belong to the Church of this new century. He made us want to feel again, want to believe again, made us feel proud of who we are.”

Lis Marino pointed out that Pope Francis’ job was often not easy, especially in his early years as pontiff when he had to deal with banking corruption scandals and coverups of systemic sexual abuse in the Church. 

“He had the heaviest of burdens, trying to update a monolithic church full of secrets, conspirations and corruption,” she recalled. “And against all odds he faced his challenges with dignity, and above all conviction. He never forgot the human being he was when he shed his papal robes. He was an Argentinian man who loved soccer, who believed in social justice and who came from a faraway country to make history. The Catholic Church will miss him, for its future without such leadership is unknown. We in Argentina must learn to value what his papacy was and thank him for putting us in such a warm spotlight.”

Bergoglio’s successor will be chosen by the College of Cardinals, and 80% of those eligible to vote were chosen by Pope Francis. And while anything is possible when the white smoke rises, there seems to be a better chance than not that the legacy of the Pope from the end of the world will be secure when the next Bishop of Rome is seated. (La Semana)