Mes de la Herencia Inmigrante: urgente llamado a la acción
BY MARIBEL HASTINGS | WASHINGTON, DC
Junio es el Mes de la Herencia Inmigrante y este año se conmemora en medio de uno de los ataques más virulentos contra los inmigrantes que enriquecen al país con su trabajo, su pago de impuestos, su mano de obra en industrias vitales de nuestra economía, su cultura, su ingenio y su emprendimiento.
Pero la cruzada antiinmigrante de Donald Trump desecha todos esos aportes y tilda a todos los inmigrantes, con o sin documentos, de “criminales” que hay que remover del país.
Una y otra vez se confirma que la red de Trump va más allá de inmigrantes con historial delictivo. Este pasado fin de semana uno de los detenidos fue un estudiante de 18 años de edad de la secundaria Milford en Massachusetts, Marcelo Gomes-Da Silva, mientras se dirigía a una práctica de voleibol. Aparentemente, los agentes detuvieron el auto conducido por el joven porque su objetivo original era el padre de Marcelo, quien no viajaba con él.
Su detención ha desatado críticas y protestas de la comunidad y es una de las más claras evidencias de que el norte de la política migratoria de Trump es la crueldad y no hay distinción entre un criminal y un estudiante de secundaria sin récord delictivo que pasa a ser prioridad de deportación. Un joven que llegó a Estados Unidos desde Brasil siendo un niño, que es atleta, estudiante de honor en su secundaria donde también es integrante de la banda musical.
Ximena Arias-Cristóbal, una Dreamer de 19 años de edad, fue detenida por ICE en Georgia, una experiencia, dijo, que la marcó para siempre. En una conferencia de prensa virtual organizada por America’s Voice, la joven señaló que “esto no es solo un problema de inmigración, es un problema de derechos humanos”. “Se está despojando a las personas de su dignidad y sus libertades básicas, y es algo que no podemos ignorar”.
Casos similares se repiten a través del país, de inmigrantes detenidos y deportados que no representan un peligro para la sociedad. Como el caso de una mesera de Kennett, Missouri, una localidad que apoyó a Trump y que ahora cuestiona por qué Carol, oriunda de Hong Kong y quien lleva 20 años viviendo y trabajando en esta comunidad y tiene dos hijos y una hija ciudadanos, fue detenida y podría ser deportada.
La comunidad se ha volcado a defender a Carol firmando peticiones para evitar su deportación y recaudando fondos para la familia. Carol le dijo al periodista Greg Sargent en su podcast The Daily Blast que “me sorprendió mucho. No sabía que tanta gente me quería”.
En San Diego agentes migratorios descendieron sobre un restaurante para detener empleados cual si se tratara de un operativo militar. La comunidad intervino y los agentes respondieron lanzando bombas de humo.
Los agentes llegan a las cortes de inmigración para detener inmigrantes que acuden a sus citas rutinarias, en gran medida personas sin historial delictivo que no representan una amenaza a la seguridad nacional. Son objetivos fáciles en momentos en que Trump quiere aumentar la cifra de detenidos y deportados.
La avalancha de acciones de esta administración en inmigración y en otros rubros pretenden abrumar y aturdir al público, a activistas y a los sectores que buscan frenar muchas de estas iniciativas anticonstitucionales y dañinas que no respetan el debido proceso de ley ni el estado de derecho.
Este Mes de la Herencia Inmigrante es urgente un llamado a la acción. (America’s Voice)

Immigrant Heritage Month: An Urgent Call to Action
By Maribel Hastings | WASHINGTON, DC
June is Immigrant Heritage Month, and this year it is being observed amid one of the most virulent waves of attacks against immigrants—individuals who enrich this country with their labor, tax contributions, participation in vital industries, culture, ingenuity, and entrepreneurship.
Yet Donald Trump’s anti-immigrant crusade disregards all these contributions and labels all immigrants—regardless of legal status—as “criminals” who must be removed from the country.
Time and again, it becomes clear that Trump’s immigration dragnet extends far beyond those with criminal records. Just this past weekend, 18-year-old high school student Marcelo Gomes-Da Silva of Milford High School in Massachusetts was detained while on his way to a volleyball practice. Reportedly, immigration agents stopped the vehicle he was driving because their original target was his father—who was not in the car.
Marcelo’s detention has sparked community outcry and protests, and it stands as one of the clearest examples yet that Trump’s immigration policy is rooted in cruelty. There is no distinction made between a criminal and a clean-record high school student who is suddenly prioritized for deportation. Marcelo arrived from Brazil as a child. He is an athlete, an honor student, and a member of his school’s band.
Ximena Arias-Cristóbal, a 19-year-old Dreamer, was detained by ICE in Georgia—a traumatic experience that she says changed her forever. Speaking at a virtual press conference organized by America’s Voice, she said, “This is not just an immigration issue—it’s a human rights issue. People are being stripped of their dignity and basic freedoms, and it’s something we can’t ignore.”
Stories like theirs are playing out across the country, with immigrants being detained and deported despite posing no threat to public safety. In Kennett, Missouri—a town that supported Trump—a local waitress named Carol, originally from Hong Kong and a 20-year resident of the community with three U.S. citizen children, was detained and faces deportation. Her community has rallied in her defense, signing petitions and raising funds for her family. “I was very surprised. I didn’t know so many people cared about me,” she told journalist Greg Sargent on The Daily Blast podcast.
In San Diego, immigration agents stormed a restaurant as if it were a military operation to detain workers. When the community intervened, agents responded by throwing smoke bombs.
Agents are also targeting immigrants at immigration courts—individuals showing up for routine check-ins, often with no criminal background, who are easy targets for an administration fixated on boosting deportation numbers.
The administration’s flurry of actions on immigration—and other issues—is designed to overwhelm and disorient the public, activists, and institutions trying to resist these unconstitutional and harmful initiatives that undermine due process and the rule of law.
This Immigrant Heritage Month is a critical moment for action. (America’s Voice)
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