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VENEZUELA – Crucifixiones, abusos sexuales, descargas eléctricas y centros clandestinos: la ONU reveló los escalofriantes métodos de tortura de la dictadura de Maduro / Crucifixions, sexual abuse, electric shocks and clandestine centers: the UN revealed the chilling methods of torture of the Maduro dictatorship

La Misión Internacional Independiente de las Naciones Unidas sobre Venezuela presentó pruebas contundentes del plan sistemático para perseguir, encarcelar y torturar opositores. El informe es demoledor y deja en evidencia a quienes hacen silencio frente a la brutalidad del régimen chavista

El dictador Nicolás Maduro lleva días intentando desacreditar el escalofriante informe sobre delitos de lesa humanidad de su régimen. Lo llamó “panfleto” y habló del uso político de los derechos humanos… Pero por más efusivo que fue su discurso, no pudo rebatir las pruebas: la Misión Internacional Independiente de las Naciones Unidas sobre Venezuela documentó 122 casos de víctimas que fueron “sometidas a tortura, violencia sexual y/u otros tratos crueles, inhumanos o degradantes” perpetrados por las fuerzas de la dcitadura chavista desde 2014 hasta la actualidad.

La violencia y la persecución, afirma claramente el documento, es sistemática. No se trata de excesos de las fuerzas de seguridad, no se tratan de hechos aislados: en Venezuela hay un “plan orquestado al más alto nivel político, liderado por el propio Nicolas Maduro”, aseguró en conferencia de prensa Marta Valiñas, presidenta de la Misión.

Los métodos de tortura, la instalación de centros clandestinos de detención y el diseño de un plan de persecución sistemática contra la oposición del régimen de Maduro recuerdan a las dictaduras latinaomericanas de los oscuros años 70.

Los investigadores documentaron los siguientes actos de tortura, violencia sexual y otros malos tratos contra las personas detenidas:

-Posiciones de tensión denominadas la “crucifixión” (brazos extendidos y esposados a tubos o rejillas) y “el pulpo” (un cinturón metálico con cadenas atadas para inmovilizar la muñeca y los tobillos)

Asfixia con bolsas de plástico, sustancias químicas o un cubo de agua

-Golpes, a veces con un palo u otros objetos contundentes

Descargas eléctricas en los genitales u otras partes del cuerpo

-Amenazas de muerte o de violencia adicional

-Amenazas de violación contra la víctima y/o sus familiares

-Desnudez forzada incluso en habitaciones mantenidas a temperaturas extremadamente bajas

-Estar encadenado durante largos períodos de tiempo

Las pruebas son contundentes: los servicios de inteligencia de Venezuela cometen crímenes de lesa humanidad bajo las órdenes de las altas esferas del régimen para reprimir a la oposición, afirmó la ONU en un informe.

“Nuestras investigaciones y análisis muestran que el Estado venezolano utiliza los servicios de inteligencia y sus agentes para reprimir la disidencia en el país. Esto conduce a la comisión de graves delitos y violaciones de los derechos humanos, incluidos actos de tortura y violencia sexual”, denunció Valiñas, presidenta de la Misión.

Las conclusiones del informe muestran el papel del Servicio Bolivariano de inteligencia (Sebin) y la Dirección de Contrainteligencia Militar (DGCIM) para llevar a cabo estos atropellos “en la ejecución de un plan orquestado por el presidente Nicolás Maduro y otras autoridades de alto nivel para reprimir a la oposición al gobierno, incluso mediante la comisión de torturas de extrema gravedad, que son constitutivas de crímenes de lesa humanidad”, señaló la misión en un comunicado.

Las torturas tenían lugar en su sede de Boleíta, en Caracas, y en una red de 17 centros de detención clandestinos en todo el país.

“Las personas detenidas en centros de detención secretos fueron sometidas a actos de tortura incluyendo violencia sexual. Las mujeres que eran llevadas a casas de seguridad fueron agredidas sexualmente y/o torturadas con asfixia, golpes y descargas eléctricas. Los varones y los objetivos militares recibieron descargas eléctricas en el cuerpo, fueron asfixiados, desvestidos y retenidos desnudos, amenazados de muerte, violados y mutilados genitalmente, y golpeados”, denunció Naciones Unidas.

También indicó que estas “casas de seguridad” son administradas por Alexánder Enrique Granko Arteaga, el director de Asuntos Especiales de la DGCIM. La mayoría de estas viviendas pertenecían a presuntos narcotraficantes o familias acomodadas, y fueron incautadas por los organismos gubernamentales.

Fuentes de la Misión dijeron que Granko Arteaga, considerado como uno de los funcionarios que actúa con mayor crueldad en las violaciones de derechos humanos, también depende directamente de Maduro.

Órdenes de Maduro

Según el análisis de la misión y la información recibida, las autoridades detuvieron a disidentes y opositores al régimen. En algunos casos, Maduro y personas de su círculo cercano, así como otras autoridades de alto nivel, “participaron en la selección de los objetivos”.

El informe también cita a Diosdado Cabello, poderoso dirigente chavista, como autor de órdenes para identificar a algunos de los detenidos por el Sebin.

El documento también menciona a Iván Rafael Hernández Dala, quien se desempeña como Director General de la DGCIM desde 2014. Testigos que hablaron con la Misión afirmaron que desde que Hernández Dala dirige la DGCIM progresivamente ha reportado más de forma directa a Maduro que al Ministerio de Defensa. Hernández Dala ha sido objeto de varias sanciones internacionales por violaciones de los derechos humanos.

Los servicios de inteligencia “han torturado o infligido malos tratos a detenidos -entre ellos políticos de la oposición, periodistas, manifestantes y defensores de los derechos humanos- principalmente en el centro de detención ‘El Helicoide’”, en la capital venezolana.

Ex detenidos en este centro explicaron a la misión de la ONU las pésimas condiciones en las que se encontraban y que muchos presos “tenían que orinar en botellas de plástico”, porque sólo se les permitía una visita diaria al baño. Había celdas “privilegiadas” con mejores condiciones para las que los detenidos tenían que pagar.

Iván Rafael Hernández Dala es Director General de la DGCIM, una de las fuerzas de tarea del régimen de Maduro

“Tanto el Sebin como la DGCIM hicieron uso de la violencia sexual y de género para torturar y humillar a sus detenidos”, añade.

La misión, que ya presentó dos informes -en 2020 y en 2021- haciendo hincapié en las violaciones de los derechos humanos en Venezuela, insiste en que estos hechos, especialmente los cometidos por el Sebin y la DGCIM, “continúan hasta hoy”.

Y “han tenido lugar en un clima de casi total impunidad”, apunta Francisco Cox, miembro de la misión de la ONU.

Desde su creación en 2019, el grupo de la ONU no ha sido autorizado a entrar en Venezuela y ha llevado a cabo sus investigaciones en las regiones fronterizas y a partir de entrevistas a distancia.

Basa sus conclusiones en 246 entrevistas confidenciales con víctimas, sus familiares y exfuncionarios de los servicios de seguridad e inteligencia.

“Venezuela sigue enfrentada a una profunda crisis de derechos humanos”, aseguró Valiñas.

El demoledor informe de la ONU desenmascara al régimen de Maduro, lo desnuda frente al mundo, cuando varios actores regionales hablan de “avances” y parecen haber olvidado la brutalidad del chavismo.

1 de Octubre de 2022

Los investigadores de la Misión de la ONU documentaron el plan sitemático de torturas comandado por Nicolás Maduro en Venezuela.

Crucifixions, sexual abuse, electric shocks and clandestine centers: the UN revealed the chilling methods of torture of the Maduro dictatorship

The investigators of the UN Mission documented the systematic plan of torture commanded by Nicolás Maduro in Venezuela.

The dictator Nicolas Maduro He has been trying for days to discredit his regime’s chilling report on crimes against humanity. He called it a “pamphlet” and spoke of the political use of human rights… But no matter how effusive his speech was, he could not refute the evidence: the United Nations Independent International Mission on Venezuela documented 122 cases of victims who were “subjected to torture, sexual violence and/or other cruel, inhuman or degrading treatment” perpetrated by the forces of the Chavista dictatorship from 2014 to the present.

The violence and persecution, the document clearly states, is systematic. It is not about excesses of the security forces, it is not about isolated events: in Venezuela there is a “plan orchestrated at the highest political level, led by Nicolas Maduro himself”, assured Marta Valiñas, president of the Mission, at a press conference.

The methods of torture, the installation of clandestine detention centers and the design of a systematic persecution plan against the opposition of the Maduro regime they remind us of the Latin American dictatorships of the dark 1970s.

-Tension positions called the “crucifixion” (arms outstretched and handcuffed to tubes or grids) and “the octopus” (a metal belt with chains attached to immobilize the wrist and ankles)

suffocation with plastic bags, chemicals or a bucket of water

-Beatings, sometimes with a stick or other blunt objects

Electric shocks to the genitals or other body parts

-Threats of death or additional violence

-Threats of rape against the victim and/or their relatives

-Forced nudity even in rooms kept at extremely low temperatures

-Be chained for long periods of timeMarta Valiñas presented the report that accuses the agencies of the Chavista regime

The evidence is overwhelming: the intelligence services of Venezuela commit crimes against humanity under the orders of the highest spheres of the regime to repress the opposition, the UN said in a report.

“Our research and analysis show that The Venezuelan State uses the intelligence services and their agents to repress dissidence in the country. This leads to the commission of serious crimes and human rights violations, including acts of torture and sexual violence”, denounced Valiñas, president of the Mission.

The report’s conclusions show the role of Bolivarian Intelligence Service (Sebin) and the Military Counterintelligence Directorate (DGCIM) to carry out these outrages “in the execution of a plan orchestrated by President Nicolás Maduro and other high-level authorities to repress opposition to the government, including by committing extremely serious torture, which constitutes crimes against humanity,” the mission said in a statement.

The torture took place at its headquarters in Boleíta, Caracas, and in a network of 17 clandestine detention centers in all the country.

“People detained in secret detention centers were subjected to acts of torture including sexual violence. Women being taken to safe houses were sexually assaulted and/or tortured with suffocation, beatings and electric shocks. The men and military targets received electric shocks to their bodies, were suffocated, stripped and held naked, threatened with death, raped and genitally mutilated, and beaten,” the United Nations denounced.

He also indicated that these “safe houses” are administered by Alexander Enrique Granko Arteaga, the director of Special Affairs of the DGCIM. Most of these homes belonged to suspected drug traffickers or wealthy families, and were seized by government agencies.