Calavera Bolsonaro
Mucho cobarde se esconde
vilmente tras el gatillo,
pues busca algo en el bolsillo…
que agarrar no tiene dónde.
Un tal cretino que incita
a su gente a la violencia—
sin importar consecuencia
al ruin racismo la invita—
se llama Jair Bolsonaro.
Este bruto brasileño
pone desigual empeño
en promover el descaro.
Su seña reconocida—
con los dedos apuntando
cual pistolas disparando—
lo delata fratricida,
aun cuando sus comentarios
homofóbicos, racistas,
misóginos y fascistas
estimulan partidarios.
Pues hay quien lo apoya, ciego,
como rechazo al partido
que percibe corrompido,
sin ver corrupto el propio ego:
el voto por el malvado
es un voto por la saña
que al público tonto engaña
al sentirse muy halagado.
Pero aunque se haga jurar,
promesa hecha por culebra,
por mucho que se celebra,
es imposible confiar.
Así pintaba el ambiente
cuando llegó La Catrina,
vestida de gente fina,
de la situación consciente.
Se acerca al exmilitar,
saboreando el disgusto,
y al malhechor le da un susto
que él no logra disfrazar.
“Sai de mim, Morte, depressa!
Aprecio seus favores
mas não aturo seus pavores.
Seu voto em mim não interessa.”
Le responde La Difunta,
“Como apuñalado fuiste,
pero con vida seguiste,
mi dedo-rifle te apunta.”
Y ahí petateó el capitán
por La Muerte señalado,
el ademán coreado
por los que despertarán,
los que dejarán atrás
a una calavera tiesa
por un Brasil que progresa
como tú, lector, harás.
- Bruce Dean Willis