Nacional

Con los virus no se juega / You don’t play with viruses

Por José López Zamorano | Para La Red Hispana

La coincidencia de tres virus: COVID, influenza y el virus respiratorio sincitial (RSV), han desatado una tormenta perfecta de salud pública en los Estados Unidos que ha saturado a un creciente número de hospitales en el país, especialmente las salas pediátricas, y provocado una escasez de medicamentos infantiles.

De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), los niveles de contagio de COVID y de la influenza son incluso superiores a los registrados el año pasado, ya que se han registrado hasta inicios del octubre más de 8.7 millones de casos de flu, incluyendo 78,000 hospitalizaciones y más de 4,500 muertes registradas.

Ahora sabemos que las complicaciones de salud derivadas del COVID y de la influenza son en gran medida prevenibles gracias a la vacunación.

Pero ya nos encontramos en el mes de diciembre, en vísperas de las fiestas de fin de año y hasta el momento sólo uno de cada cuatro adultos estadounidenses ha recibido la vacuna contra el flu. Aunque sean cifras ligeramente más altas que la temporada anterior, son claramente insuficientes para contener la ola de influenza.

Peor aún, de acuerdo con los CDC las tasas de vacunación contra el flu son especialmente bajas en algunos de los grupos de más alto riesgo, afectando más a los adultos mayores de 65 años, las mujeres embarazadas y los niños. Hasta el momento se han reportado 14 muertes pediátricas, incluidas 2 la semana pasada.

Y aunque los virus no distinguen la edad, el color de la piel o el origen étnico, las personas de algunos grupos minoritarios raciales y étnicos tenemos más probabilidades de ser hospitalizadas con gripe.

En comparación con los adultos blancos, las tasas de hospitalización por influenza son 20% más alto entre los adultos hispanos, 30 % más alto entre los adultos indios americanos/nativos de Alaska (AI/AN) y casi un 80 % más alto entre los adultos negros.

Aún cuando puede haber más de una razón para el desproporcional impacto de los virus en nuestras comunidades, una de las explicaciones parece obvia: durante la temporada 2021-2022, la tasa de vacunación contra el flu de los latinos adultos fue de apenas el 38% y de 42% en los afroamericanos, comparado con un 54% entre los adultos blancos no hispanos.

El mensaje es claro: Una vacuna anual contra la gripe es la mejor manera de protegerse contra este virus. La vacunación ayuda a prevenir infecciones y también puede prevenir resultados graves en personas que se vacunan pero aún se enferman de gripe.

Es verdad que la vacunación no siempre previene o logra evitar la infección, pero puede hacer que los síntomas sean más severos y que reduzca el riesgo de la hospitalización o la muerte. Y como hay que predicar con el ejemplo: Yo estoy vacunado contra el COVID y contra la influenza, usted y su familia deberían hacerlo también.

You don’t play with viruses

By Jose Lopez Zamorano | For the Hispanic Network

The coincidence of three viruses: COVID, influenza and the respiratory syncytial virus (RSV),

has unleashed a perfect public health storm in the United States that has saturated a growing number of hospitals in the country, especially the pediatric wards, and led to a shortage of children’s medicines.

According to the Centers for Disease Control and Prevention (CDC), levels of contagion of COVID and influenza are even higher than the registered last year, since more than 8.7 million cases of flu, including 78,000 hospitalizations and more than 4,500 recorded deaths.

We now know that health complications from COVID and influenza they are largely preventable through vaccination.

But we are already in the month of December, and so far only one in four American adults has received the flu vaccine Although they are slightly higher figures than the season above, are clearly insufficient to contain the wave of influenza.

Worse yet, according to the CDC, flu vaccination rates are especially low in some of the highest-risk groups, affecting the most adults over 65 years of age, pregnant women and children. Until now 14 pediatric deaths have been reported, including two in the past week.

And although viruses do not distinguish age, skin color or ethnic origin, people from some racial and ethnic minority groups have more chances of being hospitalized with the flu. Compared to white adults, influenza hospitalization rates are 20% higher among Hispanic adults, 30% higher among Indian Americans/Alaskan Natives (AI/AN) and nearly 80% higher among black adults.

Even though there may be more than one reason for the disproportionate impact of virus in our communities, one explanation seems obvious: during the 2021-2022 season, the flu vaccination rate for Latino adults was just 38% and 42% for African-Americans, compared to 54% for non-Hispanic white adults.

The message is clear: An annual flu shot is the best way to protect yourself against this virus. Vaccination helps prevent infections and also can prevent serious outcomes in people who get vaccinated but still get sick of flu.

It is true that vaccination does not always prevent or avoid infection, but can make symptoms less severe and reduce the risk of hospitalization or death. And since you have to lead by example: I am vaccinated against COVID and against influenza, you and your family should do so also.