Inquebrantable / Man with no feet and no hands dreams of working again

Sin pies ni manos, sueña con volver a trabajar

Por Guillermo Rojas y Victoria Lis Marino | Tulsa, OK

La vida de Edgar Mendoza cambió radicalmente el día en que puso pie en Estados Unidos. Llegó como muchos otros, sin papeles, hace tan solo un año. Oriundo de Oaxaca estaba convencido de que podía marcar la diferencia, trabajar y estudiar para alcanzar su final feliz, pero no sabía que en Oklahoma viviría la peor de sus pesadillas, y terminaría con sus miembros amputados y sin posibilidad de alcanzar el sueño americano. Hoy Edgar tiene su pierna izquierda amputada por sobre la rodilla, la derecha en la tibia y sus manos se convirtieron en sus codos, todo por no haber ido al médico en el momento preciso.

Edgar trabajaba en la industria de la construcción; aquella mañana a finales de noviembre se levantó y se metió en la ducha como hacia siempre para alistarse a trabajar, “pero cuando salí de la regadera me resbalé y no le hice caso al dolor. Me fui a trabajar igual. Al día siguiente se inflamó mi pie y ya no pude caminar”, explicó.

Al ver la situación, su patrón decidió llevarlo al hospital donde le informaron que debían internarlo de urgencia  en OU de Oklahoma City . Tenía una septicemia, una infección causada por el golpe que se había extendido a todo su cuerpo. “Yo no recuerdo nada de lo que pasó entonces”, afirmó Edgard, sin entender todavía por qué el día en que despertó se encontró postrado en una cama sin manos ni piernas.

“Lo que sucedió fue que por la infección comenzaron a fallarle los riñones, y después como tenía su presión arterial tan baja los órganos le empezaron a fallar. Tuvieron que administrarle un medicamento para la presión pero tuvo efectos colaterales, no llegaba sangre suficiente a sus extremidades y se le necrosaron las manos por eso lo amputaron”, explicó Vanessa Galván, amiga de la familia a cargo de Edgard.

 “No entendí nada de lo que decían los doctores porque no hablaba inglés”, dijo Edgarsin tapujos.

Su situación es  bien difícil, es indocumentado, no tiene empleo ni ahorros y ahora ya no cuenta ni con manos o  pies  para valerse por si mismo. Muy pronto será dado de alta y enviado a un centro de rehabilitación para que sanen sus amputaciones y pueda evaluar el uso de prótesis, cosas imposibles de pagar sin dinero.  

“Me siento con dolor, mucho dolor todas las noches”, aseguró Edgard, preocupado por que los gastos hospitalarios por pagar serán altísimos y los medicamentos aún más.

“Pero yo tengo fe, pienso salir de aquí, caminar y seguir adelante”, confesó.

A pesar del optimismo de Edgard, el camino que tiene por delante es arduo y doloroso. Todas sus expectativas están puestas en prótesis que cuestan de $20000 a $100000, y que no se podrán pagar si no se consiguen donaciones. “El quiere salir adelante para poder trabajar y estudiar por eso generamos un página GoFundMe a su nombre, para que dios nos ayude a poner a las personas indicadas en nuestro camino, que puedan colaborar de la manera que sea”, agregó Vanessa.

Edgar no baja los brazos y se reconforta con lo que queda de esa gran promesa de futuro en Estados Unidos. “Quiero salir del hospital y no estar más acostado en la cama, quisiera ir a trabajar y a alabar a dios, nada más”, dijo, a la espera de un milagro.

Si desea ayudar a Edgar, se aceptan donaciones en la página de GoFundMe “Hope for Edgar (Esperanza para Edgar)”, que Vanessa creó para su amiga.

Man with no feet and no hands dreams of working again

By Guillermo Rojas and Victoria Lis Marino | Tulsa, OK

For Edgar Mendoza, life changed radically the day he arrived in America, a year ago. Like many others he had to cross the border illegally to find a better future, but in this case, the clock of fate was ticking for the worst.

Edgar is from Oaxaca, and decided to move to the US to be able to work, study and make a difference, but life had another challenge planned, and here in Oklahoma the most terrible nightmare awaited. After a horrific accident, Edgar lost all his limbs, both legs and hands had to be amputated and the wonderful American dream seemed to be lost forever.

Edgar worked in the construction industry. That November morning, he woke up as usual and took a shower to get ready for another busy day, but what happened next seemed like a curse.

“When I came out of the shower I stumbled and fell, it hurt, but I thought it was nothing and went to work. The day after that my foot was swollen and I realized I could not walk,” he said.

After evaluating the situation, Edgar’s boss took him to the doctor, where he was informed his condition was serious and more tests were needed. He was transferred to Oklahoma City’s OU hospital to recover.

“I don’t remember anything that happened next because I was in a coma,” said Edgar, still incapable of understanding why he was normal one day and the next he woke up with no limbs. Edgar’s fall had caused internal bleeding and a serious infection that spread across his body, septicemia, and could not be controlled. 

“I did not understand anything that the doctors were saying because I don’t speak English,” he explained with plain honesty.

“What happened is that the infection caused a failure in the kidneys and his blood pressure began to plummet. Suddenly all of his body stopped working. They had to administer a medicine to increase blood pressure that had collateral damage, blood wasn’t being irrigated properly to his hands, which necrotized and had to be amputated”, explained Vanessa Galvan, a friend of Edgar’s.

The situation of Edgar is not easy. He is undocumented, he is jobless, he has no money and no contacts and right now he is limbless and cannot provide for himself. Soon he will be discharged from the hospital and placed in a care center where his amputations will heal, and he might be able to evaluate the use of a prosthesis. But all these things, the hospital, the medicines, the care have to be paid, and Edgar doesn’t know how.

“I am in constant pain, every day, every night,” said Edgar. “But I have faith, I believe one day I will walk again and move forward with my life.”

Still, the plain truth is that this man is penniless and will have to pay for protheses that cost between 20 and 100 thousand dollars, which he will only to be afford if he receives donations.

“He wants to work again, walk and continue with his life, that is why we have created a GoFundMe for him, so that God helps us find the right people to help us,” added Vanessa.

Despite everything, Edgar doesn’t give up and still believes in that brighter future that brought him once to the US.

“I want to get out of this hospital and get out of this bed, I wish I could work and praise the Lord, nothing more,” said Edgar, hoping for a miracle.

If you want to help Edgar, donations are being accepted on the GoFundMe page “Hope for Edgar,” which Vanessa set up for her friend. (La Semana)