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Síntomas de la ansiedad

Practica ejercicio. Basta con un pequeño paseo diario.
Te sentirás más relajada, dormirás mejor y así combates la ansiedad.

La ansiedad es un trastorno psicológico muy frecuente De entrada, no es negativa: es la respuesta de alarma que nos da el cuerpo que nos prepara para escapar o luchar ante una amenaza real. Pero, a veces, nos sobrepasa y se convierte en patológica. Hay dos tipos:

La ansiedad razonable es aquella cuya intensidad es proporcional a la situación (objetivamente peligrosa) y finaliza cuando esta se acaba.

La ansiedad no razonable o patológica es aquella que sentimos cuando interpretamos como peligrosas situaciones, síntomas o pensamientos que, en realidad, no lo son o cuya intensidad no es proporcional al peligro objetivo.

SÍNTOMAS DE LA ANSIEDAD: ¿POR QUÉ SUCEDEN?
Dilatación de las pupilas. Sucede porque así el ojo detecta lo antes posible el peligro. Se traduce en visión borrosa, destellos, molestias, lucecitas…

Tensión muscular. Nos tensamos para poder escapar o luchar ante el peligro. Notamos calambres, dolores y molestias musculares.

Hiperventilación. El cuerpo comienza a respirar agitadamente para tener más oxígeno para poder salir corriendo.

Taquicardia. El corazón bombea con fuerza para enviar sangre a los órganos que nos harían falta para escapar o luchar.

Mareo. Estar en tensión, hiperventilar y tener el corazón a mil revoluciones puede provocar fuertes mareos.

Inestabilidad. La combinación de mareo y tensión muscular produce que nos sintamos inestables, otro síntoma de ansiedad muy común.

Náuseas y diarrea. El alimento no es necesario para poder escapar, por lo que el cuerpo trata de deshacerse de él lo antes posible para ganar velocidad a la hora de escapar.

Confusión. Todos estos síntomas de la ansiedad dificultan que podamos pensar con claridad.

SI TE DA UN ATAQUE DE ANSIEDAD…
Aquí tienes un sencillo ejercicio que puede ayudar a controlar momentáneamente esos instantes de angustia, así como todas aquellas situaciones que te sobrepasan o no sabes cómo afrontar.

  • Busca un lugar tranquilo y ponte en una posición que te resulte cómoda, mejor si puedes estar tumbada.
  • Pon tu mano derecha sobre el pecho y la izquierda en el bajo vientre.
  • Respira con el abdomen, tomando el aire de forma lenta y profunda por la nariz.
  • Aguanta el aire unos segundos y expúlsalo lentamente por la boca, presionando un poco el abdomen para asegurarte que sale todo.