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Dopamina, el químico que nos hace sentir bien y nos puede convertir en adictos al juego

Tomar riesgos es parte de la naturaleza humana.

Ya sea jugando con una máquina tragamonedas o montando una patineta: todos los días hacemos algo que nos ofrece tanto un potencial de riesgo como recompensa.

Lo que nos motiva a asumir estos riesgos es la liberación de dopamina.

Esta sustancia química activa las mismas vías de recompensa placentera en nuestro cerebro que si disfrutáramos de nuestra comida favorita o tuviéramos relaciones sexual.

Asumir riesgos puede ayudar a avanzar en la raza humana cuando fomenta el espíritu emprendedor, la innovación y una mayor creatividad.

Pero cuando el deseo de correr mayores riesgos acaba por causar daño, pueden surgir problemas.

Esto incluye la adicción al juego, que se estima que afecta hasta al 1% de la población, según el Real Colegio de Psiquiatras de Reino Unido.

Los últimos intentos por hacerle frente incluyen planes para prohibir las apuestas en internet con tarjetas de crédito y hacer que el tratamiento esté disponible más fácilmente.

¿Quiénes tienen problemas con el juego?
El juego extremo es reconocido como un trastorno por la Organización Mundial de la Salud.

La mayoría de personas pueden disfrutar haciendo una apuesta de vez en cuando, incluso si pierden algo de dinero.

Pero para algunos jugadores esto se convierte en un problema cuando las apuestas alteran o comprometen sus vidas y las de sus familias.

Solo en Reino Unido, la Comisión de Juego del país estimó en 2016 que había hasta 340.000 jugadores con problemas, mientras que muchas otras estaban en riesgo de tenerlos.

Su informe apuntaba a algunas características comunes entre los jugadores con problemas:

Es cinco veces más probable que sea hombre que mujer.

Es más probable que esté desempleado a que trabaje, estudie o esté retirado.

Es más probable que tenga entre 25 y 34 años (si es hombre).

Es más probable que sea de algún origen étnico diferente a blanco o asiático.

Es más probable que muestre señales de tener problemas de salud mental.

Es más probable que muestre señales de un bajo bienestar.

Algunas señales de que alguien puede tener un problema son experimentar sentimientos de ansiedad o estrés en torno a su hábito de juego, apostar más de lo que puede permitirse perder y apostar cantidades cada vez mayores para sentir la misma sensación de excitación que antes.

En Inglaterra, el número de ingresos hospitalarios relacionados con el juego es actualmente más del doble que el de hace seis años, alcanzando un nuevo récord.

Esto incluye a las personas cuyo trastorno con el juego podría llevarlos a cometer crímenes o experimentar casos de psicosis.

¿Por qué algunas personas tienen este problema?
El juego, junto con el uso de sustancias como las drogas y el alcohol e incluso otras actividades como ir de compras, puede convertirse en una adicción cuando su uso se vuelve compulsivo y se escapa de nuestro control.

Estas adicciones provienen de dos vías de recompensa separadas en el cerebro que afectan nuestro comportamiento: la de “gustar” y la de “necesitar o buscar algo”.

La primera describe el placer espontáneo de comer una galleta de chocolate. La segunda es nuestro deseo de comer una cuando vemos un paquete de galletas de chocolate en el supermercado.

Problem gambling: Why do some people become addicted?

Bones from a woman who died around age 30 appear close to 10,000 years old

Taking risks is part of human nature. Whether it is gambling on a slot machine or riding a skateboard, every day we engage in activities offering both a potential risk and a potential reward.

We are motivated to take these risks by the release of dopamine. This feel-good chemical activates the same pleasurable reward pathways in our brains as eating our favourite food, or having sex.

Risk-taking can help to advance the human race when it leads to entrepreneurship, innovation and enhanced creativity. But problems can arise when an increased desire to take risks causes harm.

This includes problem gambling, which is estimated to affect as many as 1% of the population. Recent attempts to tackle the issue include plans to ban internet betting with credit cards and making treatment more widely available.

Who is most likely to have a gambling problem?
Extreme gambling is recognised as a disorder by the World Health Organization.

Most people can enjoy placing an occasional bet, even if it means they lose some money. But some become problem gamblers, where the activity disrupts or compromises their lives and those of their families.

In 2016, the Gambling Commission estimated there were up to 340,000 problem gamblers in the UK, with many more individuals at risk.

Their report suggested problem gamblers were:
Five times more likely to be male than female.

More likely to be unemployed than in work, studying or retired.

Most likely to be aged 25 to 34 (if male).

More likely to be from a black or other minority ethnic background than from a white or Asian background (on a three-year view).

More likely to indicate signs of mental ill health.

More likely to indicate signs of low wellbeing.